TITULO: Isla Pirata
COLECCIÓN: Tú decides la aventura
NÚMERO: 7
AUTOR: Iván Babiano Nieto
ILUSTRADOR: Alberto García Ayerbe
EDITORIAL: Hidra
AÑO: 2014
PÁGINAS: 131 jugables
En otras ocasiones ya hemos hablado de la editorial Hidra. Como recordáis, y excepto que se me pierda algún dato, es junto a Alfasur (Unode3 Games), la única editorial en papel que hace librojuegos para los benjamines aficionados a este género.
Su éxito está más que demostrado, dato que lo avala el hecho de tener 24 títulos pubicados en más de una lengua, pasar de 80.000 libros vendidos y algunos como el que vamos a reseñar, que ya ha alcanzado su 4ª edición. Esto de la 4ª edición se dice pronto, pero en los tiempos que nos ha tocado soportar, en donde las publicaciones cada día van a menos por quiebras de editoriales, es algo admirable.
Hidra (tenéis su web aquí) nos ha enviado amablemente un par de sus librojuegos para que los estudiemos y reseñemos, y decidí comenzar con este que os presento. No negaré que ver “isla”, “pirata” y “dinosaurio” juntos fue motivo suficiente para cautivarme. No pierdo el niño que hay en mí.
Hidra presenta sus librojuegos en el clásico formato A5 de bolsillo, cómodo por los motivos que expuse en otras ocasiones pero con una peculiaridad única: sus tapas son en flexibook. Para los que desconozcáis este término, el flexibook es un punto superior a la tapa rústica y dota de cierta rigidez a la portada. A fin de haceros una idea, sería como una cartulina gruesa, plastificada y pegada a la primera página de papel, convirtiéndose en algo semirígido que, si bien no llega a la tapa dura, supera con creces las tapas rústicas y facilmente abarquillables a las que estamos acostumbrados. Ya hace tiempo que reivindico (lo sabéis los que leéis mis reseñas) subir la calidad en las presentaciones de los librojuegos para poderlos mostrar como algo digno ante el público lego. Pues bien, Hidra ha apostado claramente por esta idea y lo hace, además, con vistosos colores y llamativa maquetación. Pero no se queda ahí. Sus páginas interiores tienen ese tono ligeramente ocre que tanto me gusta debido a que nos ayuda a leer un buen rato sin notar apenas nuestra vista cansada. Y aunque emplea una tipografía ligeramente pequeña, el interlineado es lo suficientemente espacioso como para hacer muy cómoda la lectura de sus obras. Enhorabuena por esto. Además, si queremos rizar y rizo e imaginarnos a un niño leyendo el libro con su bocadillo de lo que sea, al menos el flexibook nos garantiza que la tapa del libro será facilmente limpiable. Algo es algo.
Los que seguimos a esta editorial de cerca hemos observado que con las últimas reediciones se ha hecho un muy ligero cambio de la estética, apenas una capa de maquillaje, en la que se han ampliado un poco los logotipos, se ha “limpiado” la presentación de ciertos adornos y se ha revisado la tipografía empleada. Personalmente creo que ha ganado con esta apuesta, pues el conjunto hace más atractivo (principalmente a los niños, entiendo) el libro. Las cosas muy sobrecargadas suelen causar rechazo por saturación de información y los pequeños si algo no tienen es paciencia. Estos cambios, sin embargo, no han hecho perder la estética e identidad propia de la editorial.
No podemos olvidar en ningún momento que la editorial Hidra, con su colección “Tú decides la aventura”, se dirige a lectores jóvenes, entre 9 y 12 años aproximadamente. Eso determina que tenga que emplear el sistema de juego de “Elige tu propia aventura” (ETPA) con elecciones por páginas y no por secciones. Efectivamente, esta es una forma excelente de iniciarse en los librojuegos, derivando luego a normas más complejas según se avance en edad y experiencia. De esta manera, el lector se encontrará en este libro que las páginas terminan mayoritariamente en dos elecciones y que inclinarse por una u otra le llevarán a distintos caminos en su aventura. Cierto es que excepcionalmente nos encontramos hasta tres opciones, pero también que se evita caer en una sola, triquiñuela muy pobre para estirar los librojuegos que no suele gustar a los amantes del género.
El autor, Iván Babiano, tiene el acierto de emplear muchos diálogos y una narración trepidante para evocar la aventura que pretende demostrar. Su lenguaje es sencillo, cosa que hace que el lector (tú, como bien nos indica la clásica advertencia inicial) se meta rápido en la historia viviéndola como algo personal. Debo decir que por momentos he tenido una sensación de cambio brusco de ritmo, pues se pasa de escenas de una página a otras de dos o tres páginas, que desaceleran un poco la tónica general. Quizá lo buscase el autor adrede, pero en mi caso me desorientó un poco. En cuanto a las páginas, la narración las cubre enteramente y no a medias, como he visto en otros librojuegos más antiguos. La historia, por lo tanto, es generosa en palabras y por ello también en extensión, lo que hará las delicias de los que quieran empaparse de la aventura.
Hay un detalle muy loable en la forma de escribir de Iván: su humor. Pensad que estamos metidos en una aventura pura, en donde vamos a buscar el supuesto tesoro que se encuentra en una isla con peligrosos indígenas y más peligrosos bichos (como apreciaréis en la foto de la izquierda). Una aventura con piratas por medio y hasta fantasmas de viejos aventureros. Con una maldición. Pues bien. Pese a ese clima tan siniestro, el autor logra introducir algunos golpes de humor desternillantes incluso para un adulto hecho y derecho como yo. El humor en los librojuegos es algo muy valorable, pues por algún motivo la mayoría de los autores (no todos, recordemos a Brennan o la tónica subyacente de “Infeccion”) se ponen muy serios al escribir estas aventuras. Los niños valoran el humor y les encanta, y en ese aspecto creo que el autor acertó con su apuesta. Además, Hidra siempre apostó por la inclusión de una admiración bien grande dibujada en cada uno de los momentos en el que el lector debe optar. Eso, aunque parezca una tontería, crea un ligero clima de advertencia, de tensión, pues nos “hace ruido” a la vista dándonos a entender lo crucial de nuestra elección. Un niño, como sabemos, vive con más profundidad esos momentos y se los toma muy a pecho. Creo que tal aporte visual es tan acertado como puede serlo la inclusión de flechas que señalan las opciones en los librojuegos de adultos. Siempre digo que estamos en la era audiovisual y que la inclusion de una buena estética gráfica hacen mucho por los libros, máxime si son infantiles. Si volvieseis a ser niños, ¿no os temblaría el corazón al ver un símbolo de admiración que te da a elegir en unos segundos si enfrentarte a un dinosaurio o salir corriendo de él? A mí, sí, sin duda.
Aunque antes señalé que Hidra sigue el sistema de juego ETPA, veo avances respecto a este último. Esto es, en “Tú decides la aventura” se presentan varios finales. En concreto, en “Isla Pirata” conté 7 finales buenos (alguno óptimo) y 9 malos (alguno espeluznantemente pésimo). Los niños, como sabemos los que tenemos mucho contacto con ellos, necesitan aprender pautas y herramientas para la vida. Creo que es un error edulcorar las cosas y convertirlos en seres más blandos y desprotegidos de lo que ya son a una edad. Por eso me gusta que se incluyan finales malos, donde el protagonista no gane y se le invite a jugar de nuevo, a aceptar que ha perdido y que no pasa nada, que puede repetir con renovada ilusión. Cuando jugaba al ajedrez de pequeño siempre me decían los maestros que se aprende más perdiendo que ganando, y es cierto. Por ese motivo, creo que la inclusión de varios finales (buenos, malos, regulares y hasta horribles) es muy, muy positivo para los niños. Siempre apostaré por esa técnica.
Poco me queda por añadir. La combinación de historias es lo suficientemente elaborada como para asegurarnos horas de diversión. Mención aparte merecen las ilustraciones. Como es usual, la exterior es en colores, vivos pero no planos, gracias al uso de las nuevas tecnologías y el dibujo que traza Alberto García Ayerbe por medios digitales. En el interior se optó por el blanco y negro, cosa de lo más normal, sin que las ilustraciones perdiesen calidad al convertirse en tonos de gris. Debo admitir que la línea de la ilustración está trabajada aunque no sea de mi estilo, y solo por eso sé valorarla y respetar el trabajo del ilustrador. Estoy seguro de que los chicos la verán muy natural, acostumbrados a la grafía que presentan los videojuegos.
Se han incluido varias ilustraciones a toda página y algunas de “cierre de página”, pues recordemos que al no existir una estructura de secciones no es necesario introducir dibujos separadores que enriquezcan el texto visualmente. Estas últimas, cierto es, son escasas e iguales, pero su función se limita a complementar a las impactantes: las de página entera.
No tengo mucho más que añadir. Quiero aplaudir la labor que hace Hidra por acercar el género que tanto nos gusta a los más pequeños y máxime considerando que solo publica a autores españoles. Por experiencia propia puedo asegurar que la tónica general de las editoriales no suele ser esta, pues prefieren garantizar cierto éxito de ventas publicando al autor extranjero que ya demostró gustar fuera de España. Hidra siempre ha publicado autores patrios, incluso noveles, y eso (a mi entender) la honra por valiente y por sabia, pues tenemos una cantera estupenda en nuestro país muchas veces desconocida. Además, si observamos la presentación, la encuadernación y la calidad de las historias, el precio de los librojuegos de Hidra es regalado, como quien dice.
Sin ánimo de ser impertinente y de meterme donde no me llaman, lo que sí sugeriría a la editorial es una leve vuelta de tuerca. Recuerdo (y hay fotos que me avalan) que en los 80-90 los libros de “Lobo Solitario”, de reglas mucho más avanzadas, se recomendaban para diez años o más. ¿Qué consecuencia nefasta para la editorial tendría incluir, por ejemplo, un par de objetos en las aventuras? Ninguna. Los niños son listos, lo sé por pura observación. Si no le retorcemos mucho las reglas de juego, sino tan solo un poco, las entenderán y les gustará el reto y la innovación. Por supuesto, y en esto insisto, el ritmo, lenguaje y sistema de juego empleado son más que suficientes para el público que busca.
A salvo de esta tímida sugerencia que dejo en el aire, creo que los librojuegos de “Tú decides la aventura” son de lo más acertados para animar a los pequeños a introducirse en el mundo de los librojuegos. Y creo que Hidra está haciendo una importante labor al respecto.
Decidme los que tengáis niños de esas edades, ¿les gustan tanto estos libros como yo creo?