En vista de que el otro día hablaba de la reciente aplicación de los librojuegos de Sherlock Holmes a la plataforma iOS, me he animado a escribir una reseña sobre esta colección que Timun Mas publicó en los años ochenta, de 8 números de extensión.
No dejéis de visitar, sin embargo, el maravilloso artículo que Sacodedados escribió sobre esta colección, completísimo y que da un buen bosquejo general de los diferentes casos que se plantean en los distintos números.
El caso es que me encontré “Crimen en el Palacio de Buckingham” a un precio ridículo en una librería de viejo de Madrid y que, además, está como nuevo, así que me puse a analizar este número en concreto para daros mi visión:
TITULO: Crimen en el Palacio de Buckingham
COLECCIÓN: Sherlock Holmes Libro-juego
NÚMERO: 7
AUTOR: Milt Creighton
ILUSTRADOR: Daniel Horne y Bob Versandi
EDITORIAL: Timun Mas
AÑO: 1989
SECCIONES: 405
ESTADO DE CONSERVACIÓN: óptimo
Al abrir el librojuego lo primero que nos llama la atención es la introducción histórica tan didáctica que se nos hace del Londres de la época victoriana. Para ello, el autor nos facilita un mapa de Reino Unido y otro de la zona del Londres de Sherlock Holmes en donde nos vamos a mover en nuestras pesquisas. A fin de ambientarnos a fondo en la historia que protagonizaremos, tenemos una introducción que nos explica la realidad del Londres de la Reina Victoria y de quién era y qué hacía Sherlock Holmes. Personalmente me ha parecido un acierto estupendo este matiz, pues no solo nos ambienta muy bien en la aventura en la que vamos a tener que indagar sino que también consiste en una lección de historia y literatura de lo más agradable, pues se explica la ambientación de una manera muy clara y educativa. Incluso me dio la sensación de que se trataba al lector como un adulto capaz de entender de sobra lo que se está explicando, no como los libros juveniles actuales que tratan al adolescente casi de analfabeto. Esto lo digo, principalmente, porque el lenguaje no es escueto y simple (como correspondería a un público que lee poco) sino que sube un punto el nivel cultural, dando a entender que se dirige a gente acostumbrada a leer. Pero bueno, esto es una opinión puramente personal.
En la historia que se nos plantea, el lector debe resolver un misterio policíaco que salpica a la Corona, la cual se ve obligada a recurrir discretamente a un investigador (tú) que precisa ser de buena familia. Y así es, pues eres hijo del conde Marne y el Times ha hablado de ti y de tus avances detectivescos. Incluso tienes un mayordomo propio, Vicent. Al final de la aventura deberás rivalizar contra Holmes en el descubrimiento del misterio y verdadero culpable del crimen, compitiendo en inteligencia con tu mismísimo maestro.
El librojuego tiene un buen elemento educativo, no solo por la deducción e investigación que fomenta sino también por los datos históricos que nos enseña
A lo largo del librojuego también me llamó la atención que Timun Mas usase un tamaño de letra pequeña, pues el grosor del ejemplar me da a entender que deben ser unas 200 páginas (otro acierto: las páginas no se numeran. ¿Para qué, si el juego se mide en secciones?), lo que significa que hay mucha historia que leer y que , por ese motivo, la editorial decidió reducir un poco el cuerpo de la fuente tipográfica. Eso es bueno, ya que garantiza muchas horas de diversión y varias partidas distintas.
En cuanto a la estructura, el librojuego es de los que se salta de sección en sección, presentando en este ejemplar en concreto 505 secciones. Pero esto es algo engañoso, porque la primera sección es la número 100 (no comprendo bien por qué), lo que hace que sea un total de 405 secciones las dedicadas a la aventura.
En cualquier caso, considero que el mayor acierto de esta serie ha sido el sistema de juego. Para lograr nuestro cometido, se nos facilitan varias herramientas. Y esto es porque el principal objetivo de este librojuego es aprender a observar y deducir, valores muy importantes para todo detective que se preste. Como decía, entre las herramientas que disponemos nos hallamos con:
– Un listado de personajes.
– Como dijimos, mapa de Reino Unido, Londres victoriano e introducción a la época y a Sherlock Holmes.
– El uso de dados. El librojuego recomienda dos dados, pero nos ofrece varias opciones: un dado tirado dos veces, una tabla de números al azar (creo que Lobo Solitario tenía algo así también) o unos recuadros numerados en la parte inferior de las páginas (para que, abriendo cualquier página al azar, podamos obtener un número aleatorio). Estos dados nos permitirán optar por determinadas elecciones e introducen el factor suerte en puntos concretos del juego. De todos modos, ¿por qué el autor se molestó tanto en dar tantas opciones diferentes a la mera tirada de dados? Misterios de la historia de los librojuegos. Si algún día contacto con el autor, le preguntaré.
– Dinero y equipo: el equipo es mínimo inicialmente (navaja, libreta y lápiz…) y el dinero se basa en el sistema inglés de la época (penique, chelín, libra y guinea), lo que refuerza el factor realista que pretende buscar el juego.
– Ficha de investigación: con este término genérico que me he inventado, pretendo agrupar varios elementos que incluye el juego para crear el sistema inquisitorio que busca, pues contempla “notas”, “pistas”, “deducciones”, “resultados” y “decisiones”. A lo largo de la partida, tales pistas-deducciones y decisiones se van nombrando con un número o letra (por ejemplo, “anota la pista K”). Estos avances se irían anotando en tal ficha para poder avanzar en el caso e ir descartando deducciones incorrectas que nos alejen del verdadero culpable.
– Tarjeta de personaje. Se puede escoger una que viene por defecto, pregenerando nombre y habilidades y que busca ser equilibrada. Si nos animamos a configurar nuestra propia personalidad, seremos libres de llamarnos como nos plazca y de distribuir 6 puntos entre las habilidades de condición física, ingenio, intuición, comunicación, observación y cultura. Cada una de estas habilidades nos será útil en un momento dado de nuestra investigación e interrogatorios. Sin embargo, el sistema de juego nos impide dar más de 3 puntos a una habilidad, señalando como -2 (menos dos) aquellas habilidades a las que no hemos dado puntuación, en lugar de ponerle un sencillo cero. Según el momento y la sección, nuestras habilidades pueden sumar o restar puntuación. Esta penalización inicial nos obliga a medir bien nuestra distribución de puntos y pensar detenidamente cómo configurar la personalidad de nuestro protagonista.
La gran mayoría de las secciones solo permiten uno o dos saltos. Excepcionalmente plantean hasta tres
La parte gráfica la aportan dos ilustradores. Uno para la portada, a color y muy realista, de excelente calidad, clásica; y otro para las ilustraciones interiores, en blanco y negro y de estilo “comiquero”, correctas, equilibradas y buscando ser realistas sin renunciar al trazo nítido. A mi entender son perfectas para lo que se busca, pues ni son escasas ni se inunda el libro con ellas, ni tampoco impresionan tantísimo como para olvidar el texto, que es lo principal en los librojuegos.
Para acabar, diremos que el librojuego solo dispone de un final, y que es exitoso, lo que implica que daremos vueltas y vueltas hasta reunir las piezas apropiadas para saber qué ha ocurrido y quién es el culpable de la fechoría, no cabiendo opciones como la de morir por medio o fracasar en nuestra elección. Sherlock Holmes ya se encargará de reconducirnos si al final no hemos acertado con nuestra deducción, indicándonos alguna pista que nos vuelva a encarrilar.
En resumidas cuentas, me ha parecido un librojuego bueno en el sistema de juego, educativo en el lenguaje y contexto histórico-literario que nos enseña, y suficientemente entretenido en el caso que debemos resolver.
¿Qué opináis vosotros?