De Archibrujos y Brochas

Como sabréis, hace bien poco os hablábamos de un librojuego parodiado (que no una parodia de librojuego) que acababa de salir a la luz en formato digital. Su nombre era (es) “El Archibrujo Pirujo de la Montaña de Orujo” y su título nos indica al instante dos cosas: que se trata de una versión del clásico “El hechicero de la Montaña de Fuego”, el padre de los librojuegos con sistema y dados, y que es un homenaje en clave de humor.

Mi interés por este proyecto fue inmediato, por motivos obvios. Salvo contadas excepciones como “La Búsqueda del Grial” de Brennan, el género no se ha prodigado mucho en la incorporación de elementos hilarantes; cuesta imaginarse al aguerrido Lobo Solitario o al heroico Alteo sucumbiendo al cachondeo y a la risa fácil, ni resultan Kakhabad o La Ciudadela del Caos entornos muy propicios para el jolgorio desatado. Por eso, y dado que también he puesto mi granito de arena combinando tragedia y humor en algunas de mis obras, recibí con anhelo la aparición de este librojuego.

No incluye este artículo una reseña de “El Archibrujo”, que ya realizó con acierto nuestro compañero Jaco, sino una pequeña entrevista con su autor. Tras leer y disfrutar del texto, me puse rápidamente en contacto con “El Tipo de la Brocha” para que me hablara de su blog, de su libro y de su afición por la ficción interactiva, a lo cual se prestó amablemente. Como comprobaréis, sus respuestas son tan divertidas como sus secciones. A ver si me animáis a convencerlo de que se lance a terminar su obra, pues su parodia solo alcanza a la mitad del clásico de Steve Jackson e Ian Livingstone. O, en su defecto, pincharle para que escriba nuevos librojuegos.

Aquí la tenéis.

Fernando: Háblanos primero un poco de ti y de tu blog. ¿De dónde viene lo de El tipo de la brocha?

Tipo de la Brocha: Soy agente secreto, campeón de la princesa Dniru del planeta Tau IV y celoso guardián de mi intimidad. Llevo escribiendo desde que salí del vientre materno y rellené mi propia partida de nacimiento, pero no fue hasta 2006 o 2007, en plena época dorada de los blogs, que empecé a publicar artículos en internet, haciendo llegar por primera vez mis desvaríos a un montón de desconocidos en lugar de limitar mi círculo de lectores a esa caterva de indeseables desagradecidos que son la familia y los amigos.

Mi blog, eltipodelabrocha.com, vio la luz en febrero de 2011. En él escribo sobre películas, cómics, libros y todas esas cosas que me entretienen cuando no estoy investigando una cura para el cáncer o ayudando a los niños del hospicio.

El nombre del blog coincide con mi seudónimo y nadie sabe de dónde viene, aunque probablemente solo fue una elección poco meditada. Algunos afirman que es una traducción libre de Guybrush, de apellido Threepwood, el protagonista de los videojuegos de Monkey Island; pero yo lo negaré hasta que el día en que me muera. Y luego mi espíritu errante se ocupará de los chismosos.

Fer: ¿Cuándo, cómo y con qué empezó tu afición a los librojuegos? 

TDB: ¿Cuentan los libros de Elige tu propia aventura? Porque no sé si deberían. A lo mejor los entendidos no los consideráis verdaderos librojuegos porque no hay que usar dados ni papel y calificarlos como tal se castiga con una visita en tutú al laberinto mortal del barón Sukumvit. Pero si cuentan y mi memoria no me falla, mi afición a los librojuegos comenzó con Prisionero de las hormigas, en el que TÚ eres un genio informático que busca la forma de derrotar al Maestro del Poder Maléfico con ayuda de un R2 de saldo, un marciano nudista y un rayo miniaturizador. Es estúpido y absurdo, así que de crío me encantaba.

Fer¿Cuáles son tus librojuegos favoritos? ¿Te quedaste en los “clásicos” o estás al tanto de la actualidad del género?

TDB: Así a bote pronto destacaría dos clásicos: El Bosque Tenebroso, que fue el primer librojuego de rol que leí, por lo que seguramente sea mucho peor de lo que recuerdo; y el primer número de la saga de La búsqueda del Grial, que en su día me pareció la monda.

No estoy muy al tanto de la actualidad del género, pero aunque conduzca un triciclo impulsado por un motor de explosión, tampoco me he estancado en el pasado. Sin ir más lejos, en 2015 me leí el primer libro deDestinyQuest y también An Assassin in Orlandes y su secuela, Curse of the Assassin, que son tres librojuegos magníficos. Y lo digo sin llevarme comisión.

Fer: ¿Qué le pides a un librojuego? Es decir, ¿qué elementos valoras en él?

TDB: Lo primero que pido a un librojuego es que no esté poseído por un demonio inmundo que anhele sorber mi alma como si fuera un bol de fideos. Partiendo de eso, lo que me más valoro de un librojuego es que me sorprenda, que me sumerja en un mundo nuevo y que contenga muchas alternativas que a su vez lleven a caminos muy diferentes para que pueda leerlo una y otra vez. Si además consigue que me ría, todavía mejor.

Fer: ¿Cómo surgió la idea de parodiar un librojuego? ¿Lo has hecho con alguno más?

TDB: Llevo años queriendo escribir un libro, pero mis labores humanitarias (por no mencionar mi carrera como justiciero nocturno) ocupan la mayor parte de mi tiempo y nunca encuentro el momento apropiado para hacerlo. Creo que incluso si dedicase todos los fines de semana durante un año a escribir un libro, encerrándome en casa sin más compañía que la de mi ordenador y mi cafetera para evitar distraerme con eso que llaman vida, no sería capaz de terminarlo, porque escribiendo a intervalos perdería el hilo enseguida y mi musa acabaría por ahí extraviada.

Pero como de verdad quería escribir un libro, fuera del tipo que fuera, se me pasó por la cabeza la posibilidad de intentarlo con un librojuego, convencido de que su división en segmentos y su discontinuidad narrativa me facilitarían retomar la tarea aunque me pasase días o incluso semanas sin darle a la tecla.

Sin embargo, como los librojuegos son más complejos de lo que parecen a primera vista y tenía tanta experiencia en escribirlos como en pilotar cazas P-38, decidí empezar, a modo de ejercicio práctico, por parodiar un librojuego cuya mecánica fuera sencilla, para así hacerme una idea aproximada del esfuerzo que implicaría escribir un librojuego desde cero. Juro que esta memez tenía sentido en mi cabeza.

La experiencia fue muy instructiva pero también agotadora, porque quería publicar a principios de año, así que cuando alcancé la mitad del libro original, decidí que era un buen momento para dejarlo. Ahora puedo decir que he escrito medio libro, que es peor que decir que no he escrito ninguno. Hurra.

Fer: Háblanos de “El Archibrujo Pirujo…”. ¿Por qué este y no otro?

TDB: El archibrujo pirujo de la Montaña de Orujo es una parodia de El hechicero de la Montaña de Fuego que he escrito para disfrute de cualquier persona con acceso a internet. Elegí El hechicero porque, al ser el precursor de los librojuegos de rol, supuse que habría más posibilidades de que mis lectores lo conocieran. Además, la reedición inglesa de 2009 estaba tirada de precio. De todos modos, confío en que El archibrujo resulte divertido incluso para aquellas personas que no hayan leído El hechicero, que se publicó hace más de treinta años y está muy superado por títulos posteriores.

Fer: Aparte del aspecto humorístico, ¿qué semejanzas y diferencias hay entre “El hechicero…” y “El Archibrujo…”?

TDB: El libro de Jackson y Livingstone es la clásica aventura de fantasía heroica para jóvenes lectores, una caza del tesoro con trasgos, orcos y ratas gigantes en la que el héroe debe vencer al hechicero malvado o perecer en el intento. El archibrujo pirujo de la Montaña de Orujo es una correría surrealista salpicada de frikismo y referencias a la cultura pop. También es la mayor tontería que he escrito hasta la fecha.

Una diferencia de la que me siento particularmente satisfecho es que en El hechicero, una vez ganas un combate, el rival está muerto y pasas al siguiente párrafo sin más; todos los detalles de la lucha se dejan a la imaginación del lector, pese a que no hay quien imagine nada mientras tira los dados y hace sumas y restas. En mi libro, por el contrario, dedico un buen número de líneas a describir los desenlaces de las batallas, y os garantizo que son tan épicos que hacen que El Señor de los Anillos parezca una obra de teatro del colegio*.

La semejanza que más salta a la vista es que El archibrujo comparte mapa y numeración de párrafos con El hechicero. No lo hice por ahorrarme trabajo, sino porque quería que cualquier lector pudiera coger los dos libros y ver inmediatamente qué pasaje estaba parodiando. Si hubiera ordenado los párrafos de manera diferente, algunos de ellos serían imposibles o muy difíciles de relacionar.

Además, aunque me curré mis propias reglas de juego y llegué a incluirlas en el libro, acabé sustituyéndolas por las de El hechicero para mayor comodidad de los lectores que estuvieran familiarizados con la colección de Lucha Ficción.

En resumen: lo original de El archibrujo es su parte de libro, no su parte de juego.

 * No se garantiza.

 Fer: Esta pregunta solo admite una respuesta positiva. ¿Vas a escribir la segunda parte?

TDB: No.

Fer: ¿Has pensado en animarte a escribir librojuegos “normales”, sin parodiar? ¿De qué tipo y género lo escribirías?

TDB: Me ronda la cabeza una historia de fantasía heroica que podría dar para una serie de tres o cuatro volúmenes. No sería una parodia ni un “todo vale” donde la aleatoriedad campase a sus anchas como en El archibrujo, aunque desde luego mantendría el tono humorístico.

Fer: ¿Algo, para terminar, que decir a los simpatizantes de librojuegos.org?

TDB: Leed El archibrujo pirujo de la Montaña de Orujo, visitad librojuegos.org y comed verdura.

Y, por supuesto, muchas gracias a librojuegos.org por esta entrevista.

Esta entrada tiene 4 comentarios

  1. pablo faraguya

    ¡Lo empecé a leer y me encanta!me descojono pero soy viejuno y soy incapaz de leer textos tan largos en la pantalla. Me gustaría poder descargarlo para imprimirlo pero o no es posible o soy un muñón.
    De todos modos gracias por tu obra “tio de la brocha”
    Lo intentaré leer poco a poco

  2. José María

    ¿Has pensado en hacer llegar una copia a Steve Jackson/Ian Livingstone? Nunca se sabe. Igual les gusta, y llegáis a un acuerdo comercial….;)

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