«Misión historia», nueva colección de librojuegos de @editorialespasa y @Grupo_Planeta_
Autor: Jaco | Categoría: Reseña de nueva publicación | Etiquetas: Espasa, historia, infantil, juvenil, Knapman, Misión, Oniro, planeta, Timothy
TITULO: «Aventura en Roma», «La Tumba del Terror», «Asalto al castillo» y «El Laberinto del Minotauro»
COLECCIÓN: «Misión Historia»
NÚMERO: no consta
AUTOR: Timothy Knapman
ILUSTRADOR: No consta
EDITORIAL: Espasa
AÑO: 2015
PÁGINAS: 48 jugables
Cuando creíamos que los “Elige tu propia aventura” (EPTA) no podían evolucionar más, aparece “Misión historia” y nos deja boquiabiertos.
La editorial Espasa, perteneciente al Grupo Planeta, acaba de lanzar al mercado mediante su sello Oniro unos librojuegos infantiles del estilo ETPA que incluyen una serie de elementos que los hacen innovadores. Esto es una excelente noticia para los amantes del género pues, aparte de la Editorial Hidra, ahora los niños pueden disfrutar de una colección nueva de 4 títulos con un estilo fresco y muy diferente al que hemos visto hasta ahora.
Me han encantado estos librojuegos. Sin embargo, antes de pormenorizar en el porqué, quiero hacer un inciso y poner un punto de atención en lo relevante que es el hecho de que una editorial como Espasa haya decidido relanzar de nuevo este género. Recordemos que la editorial Espasa es la responsable de la edición del diccionario de la Real Academia Española y de enciclopedias, nada menos, lo cual ya es de por sí una garantía de calidad en su forma de trabajar. Por señales así no me cabe duda de que estamos asistiendo a una época dorada (o plateada, si no queremos exagerar) de este tipo de libros. El Grupo Planeta es importantísimo en el mundo editorial y no apuesta alegremente por cualquier cosa. Si ha decidido publicar estos títulos es porque ve un interés por parte del mercado, y eso es el mejor síntoma de cómo los librojuegos están volviendo. Por supuesto, para nosotros, esto es una prometedora noticia.
Esta colección es innovadora con los ETPA
Pero comencemos el estudio. Gracias a que nuestro seguidor Pablo Molina nos avisó de que había encontrado estos libros, contactamos con Planeta Infantil y Juvenil. Su responsable de comunicación, Alba Peña, nos remitió muy amablemente los 4 títulos de la nueva colección para que los estudiásemos y reseñásemos. Desde aquí, gracias, Alba, por tu actitud colaboradora y por tu eficiencia.
“Misión Historia” sigue en cierto modo la línea de “La Máquina del Tiempo”, aquellos librojuegos en el que el protagonista aprendía Historia viajando por ella. Efectivamente, “Misión Historia” (que se subtitula “Sé un héroe”) se compone de aventuras que se sitúan en la Edad Media, Grecia, Roma y una cuarta en el Antiguo Egipto. A través de una serie de peripecias, el jugador aprenderá anécdotas históricas relacionadas con el período seleccionado por el título que estemos leyendo.
Al recibir los libros me quedé boquiabierto. En principio, dado que solo tienen 50 páginas, pensé que eran para los más pequeños y por ello, poco extensos. Qué equivocado estaba, como luego explicaré. Y digo que me quedé boquiabierto porque me topé con libros de 17 x 23 cms (tamaño bien generoso), ¡con todas sus páginas a color! Por si alguno lo pensó, no hablo de ilustraciones a dos o tres tintas, en absoluto, sino que me refiero a láminas a toda la gama de colores. Esto es algo inusual en los librojuegos y creo que sólo lo hizo Ingelek Infantil en su momento. La colección prometía, y mucho.

Espasa nos muestra ilustraciones a dos páginas en «Misión Historia»
La encuadernación, además, es muy buena para estar hablando de librojuegos que no llegan a los 8 euros, pues las tapas parecen ser de flexibook. Para los que no estéis informados, estaríamos hablando de una cartulina plastificada, grosso modo. Además, las páginas interiores tienen la consistencia del papel encerado, es decir, el que las imprentas usan para imprimir cómics, por poneros un ejemplo. Con estas credenciales os podréis imaginar que la lectura del librojuego es cómoda para el tacto y la vista (los grandes sentidos aliados de los lectores analógicos) y nos hace sentir familiarizados con estos formatos, pues tenemos la sensación de estar leyendo una novela gráfica. Esto es una ventaja innegable en tanto en cuanto lo hace muy natural y atractivo para los niños de ciertas edades, hecho que les invita a leerlos y disfrutarlos sin causarles rechazo.
Las ilustraciones son todas a página completa y muy buenas, con un estilo de cómic realista que me recordó un poco al de algunos autores americanos y quizá al del manga más realista que vimos en ciertas series de televisión. Por desgracia, no pude encontrar el nombre de su autor, pero en todo caso es un trazo muy amigable para los niños y perfectamente apropiado para este tipo de obras.
Como manda el canon clásico, el librojuego comienza con una advertencia de que estamos ante una obra cuya lectura no es lineal y en la que se podrán efectuar saltos de página dependiendo de la superación de ciertas pruebas.
De aquí inferimos dos datos. El primero es que el librojuego se basa en un sistema de páginas y no de secciones, y que no existen dados, ni hoja de personaje, ni inventario ni similares. Y contrariamente a los librojuegos clásicos, por otra parte, observamos que nuestro avatar no muere nunca. Aunque el librojuego solo tiene un final (y es óptimo) cada error que cometamos nos obligará a retroceder en nuestras elecciones y volver a decidir, bucle que se repetirá hasta que tomemos la decisión correcta. Tales pruebas se resuelven con sentido común y (esto es la clave) con conocimientos del momento histórico concreto que estás jugando.
La mecánica es tan sencilla como efectiva: cada página tiene un texto en el que te cuenta el momento de la trama en el que estás. Suelen ser textos cortos, de no más de diez líneas. Una vez terminado ese texto nos encontraremos entre dos y tres decisiones, de las que solo podremos decantarnos por una. Ahora viene lo innovador… cada decisión tiene un icono a su lado, en un color, y te remite a una página en la que debemos encontrar ese mismo icono pero en su color opuesto (rojo-azul). Gracias a que este sistema se explica desde el principio, no nos plantea ninguna duda.

«Misión Historia» incluye fotos actuales y un sistema de iconos para seguir la mecánica del juego.
Esta triquiñuela y la extensión de los textos permite que las 50 páginas del librojuego se multipliquen casi por tres, haciendo la obra mucho más extensa de lo que, como dije, me pareció nada más recibirla. Todo se basa en una combinación de iconos con distintos colores, que hace que cada página llegue a albergar hasta una media de 7 iconos y sus respectivos textos.
Además, fiel a su carácter educativo y también didáctico, Timothy Knapman ha incluido un glosario final para ayudar al lector-jugador, donde se le explican ciertas costumbres, términos y usos del momento histórico que juega.
El librojuego tiene la habilidad de enseñarnos lo interesante de la Historia: la vida cotidiana de aquellas gentes, las pequeñas anécdotas. Para dotarle de mayor fuerza visual, incluso, se incluyen fotografías actuales y a color de vestigios que quedan del momento histórico que se refleja en cada título (ruinas griegas, pirámides, estatuas romanas, castillos medievales…). Eso le dota de un aspecto realista que nos recuerda en todo momento que las obras buscan ser rigurosas y no basadas únicamente en la ficción.
En otro orden de cosas, os puedo garantizar que la trama engancha y es dinámica, fresca, muy trepidante. Por lo general deberemos resolver una misión llena de peligro, que es la sensación, junto a la de premura, que observé en los cuatro títulos. Para ello, se usan textos muy sencillos, escuetos en tamaño, en segunda persona del singular y presente. Esta forma de redacción y la velocidad que transmiten no aburrirán nunca a un lector joven sino que más bien lo azuzarán a seguir con su aventura. La documentación histórica me pareció muy buena y se explica de forma muy clara. Yo mismo admito haber aprendido varias cosas que desconocía de la Antigüedad clásica mientras analizaba estos librojuegos y de tenerlas ahora mucho más claras.
La trama es sencilla, por lo general: proteger al rey, saludar al emperador, recuperar el vellocino de oro, salvar el tesoro de la momia. Daremos vueltas hasta acertar con la respuesta histórica correcta y tendremos, como dije, un solo final, pues sigue un esquema narrativo lineal (pero con saltos electivos, lógicamente). Su ritmo y su sinfín de curiosidades nos captarán la atención muy pronto.
Pero Espasa aun dispone de más ases en la manga que mostrarnos. Un observador atento notará que las portadas tienen una cenefa acorde al título concreto y el número de cada página se enmarca en un icono también correspondiente al momento histórico de cada número (laureles romanos, escarabajo pelotero…). La riqueza visual es impresionante y eso hace la obra muy atractiva para un niño. Además, “Misión Historia” emplea distintas tipografías, como en los cómics, bocadillos de diálogos, un rico catálogo de diferentes iconos, alguna medida anti-trampa e incluso pistas de ayuda que deberemos deducir, sean lógicas o visuales. El sentido estético y el tamaño de las fuentes tipográficas son óptimos para los niños que vayan a leer estos libros.

Sistema de iconos y mustra de la riqueza visual del librojuego de Espasa
Cuando ya pensaba que había disfrutado todo lo que se podía disfrutar estos librojuegos, me encontré de casualidad la guinda en el pastel. Si tu aventura se acaba en la página 25 es lógico que no mires la 50 si no has tenido que pasar por ella. Sin embargo, dando un último estudio a los librojuegos vi que incluyen al final ¡una guía para educadores! Bajo el enunciado de “Un paso más”, estos librojuegos explican a los adultos su esquema y utilidad educativa, como en su momento hicieran los de Timun Mas en los “Elige tu propia aventura”. Creo que este detalle dice mucho del aspecto educativo que se le quiere dar a estos textos, y además es acertado, pues impulsa un poco más el aspecto didáctico que tiene este género.
No me queda mucho que añadir. Considero excelente la aportación que estos librojuegos han hecho al género. Creo que han sabido apostar por elemento visual, que les aporta de un estupendo dinamismo acorde a lo que se estila hoy en día. Como únicas sugerencias, podría decir que su distribución de iconos por colores y representaciones puede despistar un poco, pero es cierto que enseguida comprenderemos la combinación y nos desenvolveremos con soltura. Otra observación que me gustaría hacer es que la enorme apuesta por el dinamismo y el aspecto visual va en detrimento del texto. Como adelanté, los textos son muy cortos y salpican el librojuego. Sin embargo, si consideramos que la obra busca, principalmente, enseñar Historia de una forma amena y no pretende animar a la lectura como fin prioritario, entonces debemos afirmar que la escasez de texto no es determinante. Aquellos lectores-jugadores que se inclinen por librojuegos más ricos en texto tienen otras ofertas en el mercado, más clásicas en su estilo.
Termino esta reseña diciéndoos que me hizo muy feliz encontrar estos librojuegos. No solo por la apuesta que las grandes editoriales hacen por este género que tanto nos gusta sino porque me estimula mucho ver que hay autores como Timothy Knapman que toman viejas ideas y (sin renunciar a su esencia) saben reciclarlas y adaptarlas a los tiempos actuales, como he podido observar.
Solo puedo dar la enhorabuena a un proyecto tan bonito como el que Espasa nos presenta con “Misión Historia” y recomendarlo a aquellos que tengáis niños.
Web de la colección
Publicado:03/03/2015 | Comentarios: 4