Que la creatividad es una facultad intrínsecamente humana es un hecho que, a fecha de hoy, no ha sido contradicho con ningún estudio científico de cierto calibre. Sin embargo, los avances en inteligencia artificial progresan en esa dirección, acercándonos a lo que serán las máquinas del futuro.
Hace unos meses, saltaba a los medios una noticia en la que se comentaba que los investigadores del Georgia Institute of Technology habían diseñado un software capaz de crear historias interactivas. La idea en sí no es nueva, pues la ejecución automática de tablas de eventos aleatorios mediante un sistema informático es algo que lleva mucho tiempo inventado. La verdadera dificultad, y el verdadero avance, radica en lograr que el contenido no sea demasiado repetitivo o incoherente, tareas para las cuales todavía se necesita la intervención de la mente humana.
El programa en cuestión recibe el nombre de Scheherazade y va un paso más allá de la mera ejecución de eventos, pues construye historias interactivas a partir de las ideas aportadas por usuarios de Amazon Mechanical Turk mediante un proceso conocido como crowdsourcing. Scheherazade ha sido diseñada para seleccionar y ordenar las tramas y decisiones sugeridas por los colaboradores humanos y elaborar con ellas un árbol de decisiones válido.
De momento, las pruebas parecen indicar que el algoritmo es mucho más efectivo que un generador aleatorio, sin superar todavía la barrera del ingenio de sus creadores, pero amplía bastante las perspectivas de la inteligencia artificial a medio plazo. Es bastante probable que, cuando el número de datos sea lo suficientemente elevado, los ordenadores puedan crear ficción interactiva a la carta, de un modo infinitamente más complejo que cualquiera de los sistemas actuales, exceptuando a la mente humana, la mejor máquina de ficción interactiva del mundo hasta la fecha.
El paso del tiempo, como siempre, nos dará la última respuesta.
