Lymanter es el quinto título de nuestra colección de Microdédalos. Ambientado en un futuro distópico en el que la humanidad ha tenido que salir de la Tierra y vivir en colonias espaciales que orbitan alrededor de ella, nos metemos en la piel de Camaleón, un «transportista» de la compañía Hermes Naval, que es como se llama coloquialmente a los mercenarios. Este personaje, que ya apareció en un relato publicado por Con Pluma y Píxel en su antología El Mercader de Venus con su nombre, es decir, Camaleón, ha sido apadrinado por su tío Burak para entrar en la Hermes, y ha de devolverle el dinero que le ha costado proporcionarle la nave modelo Lymanter («destructor» en griego clásico) cumpliendo misiones y embolsándose las recompensas.
Hay cuatro misiones disponibles, y pueden ocurrir cosas distintas dependiendo del orden en el que se elijan. De ellas deberán salir los mil créditos que debes a Burak, pero pronto te darás cuenta de que tendrás que invertir parte del dinero en mejoras para tu nave si es que quieres sobrevivir a este oficio tan mortal, en el que pocos son los pilotos que sobreviven más de dos años.
Tú mismo, como jugador, tendrás que diseñar tu nave, dibujándola en la cuadrícula o copiándola de otros modelos, elegir sus características, decidiendo si quieres que predomine la velocidad, la resistencia o la potencia de fuego, e instalándole poco a poco cualquiera de los ocho módulos de mejora disponibles.
Por el camino encontrarás naves enemigas, algunas de las cuales también pueden tener módulos instalados, y tendrás que enfrentarte a ellas intentando sacar ventaja de tu pericia como piloto (reflejada en los Puntos de Proeza) y de tu mejor equipamiento, si es que logas ahorrar lo suficiente para instalarlo. Tu propio lápiz te servirá para intentar dar en la diana, sirviéndote de una tabla en la que podrás saber las coordenadas del impacto y el daño causado.
La mecánica de juego está inspirada en la saga de videojuegos Colony Wars que aparecieron para la Playstation 1, en la que el jugador podía ir mejorando su nave paulatinamente comprando diferentes complementos y mejoras a medida que ganaba dinero cumpliendo misiones. Todo el microdédalo es, en realidad, un homenaje a aquella saga que tantas horas de diversión me proporcionó en su día.
La aventura, al igual que aquellos videojuegos, no es nada fácil, y supondrá todo un reto para los más avezados jugones de ficciones interactivas. ¿Podrás llegar a la soñada meta de mil créditos?
He dejado una reseña de los Microdédalos en mi blog: espero sirva de promoción.
https://incanus-escritorio.blogspot.com/2020/10/microdedalos-librojuegos-compactos.html
¡Muchas gracias, Incanus!