Hallazgo impresionante: ¡Librojuegos del siglo XV!

librojuegos.orgSí, has leído bien, librojuegos en el siglo XV, y con tiradas de dados y todo. ¿Que cómo es posible? Vamos a tratar de explicar este hallazgo que ayer me anunciaba Jacobo Feijóo y sobre el que he estado investigando para ofreceros toda la información posible, ya que estamos hablando del descubrimiento del siglo en cuanto a la literatura interactiva se refiere.

Primero, hay que aclarar que, cuando hablamos de librojuego, nos referimos a un libro que aúna dos aspectos: el lúdico y el narrativo. Obviamente, a nosotros, influenciados por las publicaciones de nuestra época, esta idea nos trae a la mente series como Lucha-Ficción, en la que el lector es protagonista de una historia alterada por el azar. Sin embargo, un librojuego también puede ser un libro en el que se obtiene un consejo a través de un proceso que incluye la formulación de preguntas y la intervención de la suerte de los dados, con una intención, más que oracular (que es lo que pretende imitar, o, incluso diría, parodiar), lúdica. Ese es el caso de Il Libro delle Sorti, del humanista Lorenzo Spirito Gualtieri, publicado en 1482. Según la información de Wikipedia, el libro

es un juego adivinatorio basado en un sistema de preguntas y respuestas relacionadas con los aspectos principales de la vida: la felicidad, el éxito del matrimonio, el éxito en los negocios, el nacimiento de un niño, la salud, la enfermedad. Cada profecía, expresada por un terceto en lengua vernácula, es el resultado de un mecanismo lúdico que pasa a través del lanzamiento de los dados y una serie de referencias de una sección profética a otra.

El libro tuvo un éxito rotundo y fue muy copiado por toda Europa, apareciendo versiones incluso en latín. Gualtieri, asi, se convertía en el padre de un género muy concreto, dando lugar a una literatura lúdica, que, según sus palabras, había que leer solo por huir del ocio y tristeza, sin tomarla como verdadero método adivinatorio.

A España también llegó este invento literario, de modo que se conocen al menos tres libros de suertes, y uno de ellos, publicado en Valencia en la curiosa fecha del 15/1/1515 bajo el título de Libro de juego de las suertes, está digitalizado por la Biblioteca Virtual de Madrid. Se trata de un libro muy visual que consiste en un juego dividido en varias etapas, una de las cuales requiere la tirada de tres dados. La mecánica es la siguiente:

  1. Se formula una pregunta de 20 posibles.
  2. La pregunta lleva a un rey famoso (hay 20).
  3. El rey lleva a un signo (de 20 posibles).
  4. Cada signo contiene una tabla con resultados de tiradas de tres dados.
  5. La tirada de dados conduce a una esfera de 20 posibles.
  6. Cada esfera contiene 56 ríos, y conducen a las palabras de un profeta (de 20 posibles).

Terminado el proceso, se obtiene un terceto con un consejo o profecía. Puesto que hay 20 esferas, y cada una contiene 56 ríos, esto hacen 1120 tercetos distribuidos entre los 20 profetas.

Pongamos un ejemplo.

Elegimos una pregunta: queremos saber si nuestra vida será dichosa.

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Se nos remite al rey Salomón.

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El rey Salomón, a su vez, nos conduce al signo del Sol. Tiramos los dados y obtenemos 1, 1, 2, y se nos indica que vayamos a la esfera de Mercurio y al río Tévere (Tíber) por fuera.

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Por último, el río Tíber en la esfera de Mercurio nos manda al verso I del profeta Isaac.

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Ya podemos leer la respuesta del profeta a nuestra pregunta de si tendremos una vida dichosa:

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Por el mal ajeno verás el tuyo,
hallarás mal toda tu vida,
y así vivirás con melancolía.

Bueno, no se puede decir que hayamos tenido mucha suerte en esta consulta. Uno puede imaginarse el libro rondando entre los jóvenes nobles de la época, tal como muestra una escena de la obra La Arcadia de Lope de Vega. Los jugadores, dados en mano y entre risas, se irían alternando para probar suertes y conocer la respuesta a su pregunta, recreándose en las bonitas ilustraciones que, como se puede ver en las imágenes adjuntas, amenizan todo el proceso. Es decir, estamos ante un librojuego en toda regla, y no uno sencillo de diseñar, precisamente: que veinte preguntas distintas acaben en un total de 1120 respuestas posibles de 20 profetas y que estas tengan relación con lo preguntado es un trabajo admirable, como lo es también el del ilustrador y el del editor para “maquetar” todo. A los que escribimos librojuegos, todo esto nos suena muy actual.

Aparte del aspecto lúdico de los libros de suertes, hay que resaltar el paródico. La gente letrada conocía la existencia de un oráculo de la Antigüedad que consistía en tirar los dados y, según el resultado, leer un verso determinado de la obra de Homero que se convertía en la enigmática respuesta a una pregunta formulada por el consultante. Parecida es la mecánica del I Ching, aunque mucho menos conocido por los renacentistas europeos. El libro de las suertes viene a ser un Don Quijote, ya que, al parodiar, supera con creces el original: no se limita a explicar cómo tirar los dados para consultar un texto ya escrito por otro autor, sino que proporciona un texto nuevo y original, con respuestas más acordes y directas.

¿Cómo es que este tipo de libros tan divertidos no han seguido produciéndose hasta nuestros días? Pues… con la Iglesia hemos topado. La Inquisición, al saber de ellos, los consideró peligrosos, no está muy claro si el juego en sí, su imitación de los oráculos o la filosofía hermética de la que bebía, pues se ve una clara influencia de los Arcanos y estructura del tarot en todos ellos; esto puede verse en la importancia que tiene en el juego el número 20 (veinte son los Arcanos Mayores) y el 56 (los Arcanos Menores). El caso es que el libro fue introducido en el catálogo de libros prohibidos en 1559 por el inquisidor Fernando de Valdés, y las reediciones posteriores, intentando superar la censura, suprimieron muchas partes, rompiendo la mecánica y haciéndola incomprensible para el lector.

Esta drástica intervención de la Iglesia en contra de los librojuegos se repitió en 1982 con la aparición de los primeros Lucha-Ficción, alegando que las luchas contra monstruos y demonios no eran literatura adecuada para los niños. Aunque la reacción no llegó a ser tan contundente como con los libros de suertes: las hogueras ardieron con cientos de estos libros, y solo un puñado, ocultos en bibliotecas privadas, han sobrevivido. Gracias a eso, tenemos el que, por ahora, es el libro interactivo más antiguo hallado hasta la fecha (1482), dejando muy lejos la anterior marca (Consider the consequences, libro de 1930).

BIBLIOGRAFÍA

El Libro del juego de las suertes: la rueda animada del destino humano, por Rocío Olivares Zorrilla.

La edición de los Libros de suertes, por Rosa Navarro Durán.

Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Fer Lafuente

    Impresionante descubrimiento, Archi, y gran artículo. Hallazgos como este dan crédito y fuerza a nuestro género. ¡Al ataque!

  2. Enrike

    ¡Ciertamente, Maese Archi y Maese Jacobo, Impresionante y alucinante descubrimiento!

    Si es que nuestros abuelos lejanos eran unos cracks 😀

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