Gamificando el verano

Hola, amigos interactivos.

Llega el verano y con él las vacaciones… al menos de los hijos. Todo aquel que tiene niños sabe lo que esto implica: mantenerlos entretenidos y que además no olviden todo lo aprendido durante el curso no es tarea fácil. A falta del proverbial manual de instrucciones infantil del que los padres carecemos (y que, en cualquier caso, sería diferente y exclusivo para cada pequeño), urge encontrar ideas e iniciativas que nos asistan en la ardua empresa que nos espera.

Pero he aquí que la gamificación acude en nuestra ayuda, personificada en la imaginación y amabilidad de nuestra amiga Dácil Muñoz, avezada periodista y, lo que resulta todavía mejor, madre comprometida. Descubrí su blog (textualmente: «Blog de una madre desesperada») y me encantó lo que vi. Al instante decidí que librojuegos.org y sus aficionados merecían conocer su experiencia más a fondo y me puse en contacto con ella. Me contestó rápidamente y destilando simpatía, actitud muy acorde con la generosidad de su proyecto. Os dejo a continuación un extracto de su respuesta, toda una muestra de lo que podemos ofrecer a nuestros hijos si nos atrevemos a soñar con ellos y compartir sus aventuras.

Siempre he tenido mucha imaginación y, encima, de joven, era muy fan de los cómics; también jugaba al Magic y un poco al rol. Eso da alas. Mi marido también es muy creativo, mucho más aficionado de este tipo de ocio que yo. Así que mis hijos se han convertido en fieles seguidores de todas las aventuras que se nos ocurren. De tal palo tan astilla, porque ellos también ponen en marcha juegos muy divertidos de la nada.

De vez en cuando les monto juegos roleados como la aventura de la ciencia, la incursión a la mazmorra o el último que se me ha ocurrido: el juego épico para repasar en verano.

Estaba pensando cómo podía librarme del tormento que resulta ponerles a estudiar cada verano para que no reinicien demasiado y empiecen el curso completamente asalvajados y de repente me vino a la mente una aventura con dragón secuestrador, misiones, retos, misterio… Yo es que me emociono y me vengo arriba. Se me ocurrió que lo mejor era basarlo en puntos, que eso motiva mucho. Y para rematar, recompensas. Si no les gustaba es que no tenían sangre en las venas.

Con el esquema del juego en la cabeza se lo expliqué a los peques para ver qué les parecía y les flipó. Tanto, que no pararon de presionarme hasta que se lo presenté justo el último día de clases. A duras penas logré frenar su entusiasmo y comenzarlo al día siguiente.

Le he puesto una duración de 30 días que no hay que jugar seguidos. Cada cierto tiempo nos cogemos un descanso para no quemarnos, porque el mal comportamiento baja puntos y eso a mis chicos les estresa bastante. Digamos que son muy traviesos y que les cuesta bastante obedecer o seguir reglas. Ahora, que sumar puntos les encanta. Sobre todo porque llevamos la cuenta con dinero de juguete y eso de contar monedas y billetes al estilo del Tío Gilito mola mucho.

Para sumar puntos tenemos que realizar las acciones que nos imponga un dragón que nos tiene secuestrados. Tenemos de varios tipos: repaso, misiones, talleres y excursiones. La primera, que es la que menos les gusta se paga a 500 puntos y las otras tres a 100 cada una. Todo tiene que registrarse en el diario de campaña, que se presentará al finalizar el día al dragón para que les pague su trabajo. En dicho cuaderno también tenemos las reglas del juego: cómo se ganan los puntos, los tipos de penalizaciones y todo lo que se puede comprar durante los días de mercado (objetos o bonos), un ejemplo de hoja a rellenar con las actividades para sumar puntos y la ficha de personaje. En ella se apunta el nombre ficticio que tiene el jugador, sus características, las diez vidas, lo que va comprando y los siete signos mágicos que tiene que encontrar para escapar del dragón haciendo hazañas grandiosas como portarse extremadamente bien o superar pruebas especiales (tengo pensada una de buscar el código de un candado mediante pruebas y abrir la bolsa con el signo).

Cada cierto tiempo es día de mercado y pueden comprar sólo un objeto por cabeza y todos los bonos que quieran o puedan según los puntos que hayan acumulado. Tuve que poner un día de mercado a los dos días de empezar o les daba un ataque, pero el resto es cada siete días.

Los primeros cinco días del juego nos han dado para hacer muchas cosas. Todas las mañanas empezamos con las labores de repaso. Dos son obligatorias, pero si el aventurero quiere hacer más por su propia cuenta para sumar más puntos perfecto. Las obligatorias suelen ser fichas de inglés, caligrafía, dictados, leer en voz alta… que es lo que menos les gusta. Y las optativas suelen ser ejercicios online o en apps de todo tipo o de unos cuadernillos de actividades muy divertidos que les he comprado (de los Superpreguntones). También usamos juegos como Story Cubes para aprender a contar historias bien estructuradas, por ejemplo. El resto del día les mando misiones o talleres que se me van ocurriendo. Estas son las que llevamos hechas por ahora:

Talleres:

– Experimento de los huevos saltarines
– Experimento de los lacasitos
– Cocinamos sushi
– Cocinamos bizcotazas
– Reconocemos los ingredientes de cinco batidos de frutas o verduras

Misiones:

– La gallinita ciega zombi (son muy fans de los zombis)
– Búsqueda de anillas en la piscina
– Concurso de saltos en la piscina
– Juegos de mesa: Eureka, Piko Piko y Fila Filo. (No enfadarse ni abandonar aunque vayamos perdiendo)

Excursiones

– Vamos al cine y escribimos nuestra opinión de la película

La idea es llevarles al campo, museos y exposiciones para que hagan también fichas de excursiones, que programen con los juegos de code.org, organizarles partidas de rol como parte de las misiones… pero aún no nos ha dado tiempo a tanto.

Lo mejor es que el juego es dinámico y surgen nuevas oportunidades como cuando se les ocurrieron sus locas hipótesis sobre el ratón Pérez y me hicieron una ficha de eso para sumar puntos. La imaginación no tiene límites. Huelga decir que los niños están contentísimos con este método de repaso y hacen las tareas hasta con una sonrisa en la cara. Así da gusto.

Pues ya veis: sin duda, todo lo anterior lleva trabajo y demanda una alta dosis de ganas e ilusión, pero la recompensa es patente. Si Dácil lo ha conseguido… ¿por qué no nosotros? ¡Gamificación más práctica no existe!

Animaos y echadle un vistazo a su blog, donde nos cuenta sus peripecias e incluye decenas de fotos ilustrativas. Probad y quizá este verano sea recordado por vuestros hijos como un período mágico y emocionante.

Esta entrada tiene un comentario

  1. Dácil

    Muchas gracias por contar conmigo para este post. Me ha hecho mucha ilusión. Si alguien quiere el PDF que hice para el diario de campaña puede mandarme un email a dacilm@yahoo.es y se lo mando con mucho gusto. Está hecho a la medida de mis hijos, pero es fácil de adaptar a cualquier edad ¡Cuantos más niños repasando felices mejor! 😀

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