Hola a todos. Soy Francisco Tapia-Fuentes, conocido por estos lares como Frank Tapia, y hoy vengo a hablaros de mis librojuegos. La cosa comenzó como una experiencia de autopublicación, sin más ambiciones que el entretenimiento puro y duro, pero con la distribución de Mundos fantásticos: guía para la creación de mundos de fantasía por parte de Distribuciones Sombra, los tiros terminaron yendo por otro lado y nos pasamos al mundo de la edición con la marca comercial Con Pluma y Píxel. Hoy por hoy, nuestro equipo está formado por dos personas fijas, más algunos colaboradores ocasionales y el personal que contratamos para tareas externas. No es que nademos en la abundancia ni nada parecido, pero vamos consiguiendo algunas metas, una de las cuales es que se nos lea. La otra es llegar lo más lejos posible sin que se nos olviden nuestros modestos orígenes.
Dicho esto, y sin más rodeos, paso a presentaros los dos proyectos que tenemos de librojuegos para esta primera mitad de 2018, los cuales serán distribuidos en librerías y tiendas de juegos de rol por Distribuciones Sombra.
LA SAGA DEL MERC
A más de uno seguro que le suena el título, ya que la primera edición (electrónica) fue reseñada en esta misma página. La Saga del Merc es uno de mis proyectos más antiguos y al que más cariño le tengo, ya que sus historias y ambientación empezaron a escribirse hace unos treinta años. La mayoría fueron reconvertidas en módulos para mis partidas de rol de Star Wars, que terminó siendo menos Star Wars y más Merc.
El segundo cambio llegó en 2016, cuando me planteé autopublicarla en formato electrónico, ya que había que pulir muchos de los detalles de la ambientación, principalmente porque las cosas se ven de diferente manera cuando tienes trece años que cuando tienes cuarenta y tres. La idea funcionó bastante bien y el librito en cuestión cosechó un éxito modesto, pero adecuado a los estándares que por entonces manejaba. La reescritura del segundo volumen sufrió una serie de retrasos y, para cuando quise retomarla, mis objetivos personales habían cambiado por completo: aunque la idea del ebook había funcionado bastante bien con el primer volumen, no resultaba todo lo atrayente que uno espera encontrar en un librojuego, quizá porque un libro electrónico no luce demasiado bien en una estantería o en los stands de las ferias y presentaciones, que era donde yo quería moverme. Por tanto, había que darle un nuevo enfoque y una nueva imagen, y el clásico y fiable papel se presentaba como una alternativa más que apetecible, en especial si quería terminar en los estantes de las tiendas o en los distribuidores. Había, pues, que reinventarse, lo cual no resulta ni sencillo ni barato.
Un universo complejo
Bueno, pues se trata de las aventuras de Nic Stamos, un mercenario que opera en solitario en el futuro plagado de civilizaciones alienígenas que yo denomino «El Universo Merc». Este es la cristalización de una ambientación que empecé a crear cuando tenía trece años y en la que se han basado muchos de mis cuentos (terminados o no) de ciencia ficción. Básicamente, puedo decir que el «Universo Merc» es una Space Opera con una cronología y una historia propias (como corresponde a un tipo que ha escrito sobre worldbuilding), las cuales serán desveladas a su debido tiempo en la Saga del Merc, así como en otros relatos futuros.
¿Qué tiene de nuevo esta edición?
Lo más evidente es que se trata de una versión en papel, lo cual implica una manera de funcionar muy diferente, tanto en presentación como en dinámica de juego. Para lo primero, he tenido la tremenda suerte de contar con la colaboración del ilustrador Jorge Fernández, conocido por sus trabajos para algunas editoriales más importantes que la mía, y cuyo portfolio podéis admirar aquí.
Para lo segundo, tuve que desempolvar un viejo reglamento que escribí en 1992 y que nunca llegue a utilizar, pero que venía al pelo para una serie de aventuras espaciales en la que las proezas heroicas y los giros imposibles (muy en la línea de la Space Opera) son el pan de cada día. El sistema (cuya versión definitiva se llama Alea3) es rápido, intuitivo y, en ocasiones, letal. ¡Pero estamos de aventuras, que es de lo que se trata!
Bueno, y ya está bien de hablar del bueno de Nic. Lo mejor es que lo conozcáis en persona, cosa que ocurrirá hacia mayo de 2018, si no antes.
FLASH INTERACTIVO
La idea de la colección Flash Interactivo surgió durante la HispaCon de 2018, ya metiendo la cabeza en el mundillo editorial, en la que me planteaba cómo dar salida a toda una serie de librojuegos breves que tenía rondando por diferentes carpetas. Algunos de ellos ya habían visto la luz, convertidos en videojuegos tipo arcade en mi página Scarabeus Juegos, pero otros muchos dormían el sueño de la hibernación sin saber si podrían despertar algún día.
Llegado este punto, hay que aclarar algo que parece una tontería, pero que no lo es en absoluto: resulta que soy hijo de los setenta y de la cultura popular, lo que implica que mi acercamiento a la literatura no fue precisamente por las vías convencionales, sino a través de las «novelillas de a duro» (hoy llamadas bolsilibros) y los relatos del «Tío Creepy» que compraba en rastrillos y mercadillos, así que no esperéis nada parecido a la alta literatura de alguien que bebió de las fuentes del folletín más clásico, de ese que ya no se edita y que marcó una época. Luego vendría mi acercamiento a los libros «de verdad», pero lo cierto es que mis orígenes son mucho más mundanos.
Volviendo al principio, en la HispaCon de 2018 tuve la revelación de lo que iba a hacer: convertiría esas viejas historias en una serie de bolsilibros interactivos, con el más genuino aspecto de los setenta o, como se dice ahora, vintage. Como sus padres no interactivos, estos «bolsilibrojuegos» tendrían un formato que permitiría llevarlos a cualquier sitio y, lo más importante, leerlos en cualquier sitio.
Lo primero que pensé fue en el formato electrónico, ya que todo el mundo lleva un móvil en el bolsillo y la idea de la portabilidad me seducía desde La Saga del Merc. Sin embargo, necesitaba una distribución en condiciones y que los libros se vieran en las tiendas y en las ferias, así que opté de nuevo por el formato papel (muy setentero), pero con unos costes y un precio mucho más asequibles que los que suele tener un libro común hoy en día.
El resultado es una colección de librojuegos setenteros, cuyo primer número es una reedición de uno de mis clásicos, titulado Lucha Final. La versión reducida de LF ya había sido publicada en Librojuegos.org como el Microdédalo número 5. En esta edición he mantenido el sistema de gestión de puntos (Sistema PD), pero los textos que se ofrecen son los originales, ya que hubo que recortarlos para que cupieran en el reducido formato de los Microdédalos. Esta nueva y definitiva versión de nuestra delirante aventura de ambientación ciberpunk, destila humor corrosivo y banalidades por los cuatro costados, tal y como se espera de un descerebrado concurso de televisión en el que los mamporros y las compras a crédito van de la mano.
Y con esto terminamos por hoy. Mientras lees estas líneas, Lucha Final está ya en la imprenta y los bocetos de las ilustraciones de la Saga del Merc: Rescate en Remsis VII van llegando a mi correo. El futuro de ambas colecciones se presenta interesante, sobre todo teniendo en cuenta que los segundos volúmenes (titulados Sombras demoníacas e Infierno púrpura, respectivamente) van a buen ritmo y, de hecho, uno de ellos ya está en la mesa del corrector. Esperamos que los primeros números lleguen a las tiendas para antes del verano, así que seguro que nos volvemos a leer muy pronto.
¡Hasta entonces, cuidaos mucho, gastad puntos de destino y que vuestra Resistencia nunca decaiga!
¡Eres grande, Frank! Te pillaré un Remsis, fijo. ¡Larga vida al Merc!
Muchas gracias, Fer. La segunda parte (Infierno púrpura) es todavía mejor 🙂
No doy a basto con todos los librojuegos que tengo pendientes, pero siempre se puede hacer un hueco para uno de Frank «ojos azules» Braña. Por cierto ¿os acercáis este año por el Celsius?
¡Desde luego que sí! ¡Y tenemos intención de dar un taller de creación de mundos! 🙂