Feudo es un juego de manejo de recursos compuesto por 50 cartas que ofrecemos para imprimir gratuitamente. Tiene dos modos de juego: uno solitario y otro para dos jugadores. Incluye unas instrucciones muy sencillas en una pequeña hoja, ya que cada carta es autoexplicativa y no hay más que seguir sus indicaciones. Su duración es de unos 20 a 60 minutos, dependiendo de la experiencia del jugador y del azar. Cuenta con cierto toque didáctico, ya que muestra pequeñas pinceladas acerca de la vida en los feudos medievales, aunque su verdadera intención es pura y simplemente lúdica.
¿CÓMO SURGIÓ LA IDEA?
En 2015 asistí a la primera convención anual de Dédalo en Madrid, y me impresionó la charla que dio Josué Monchan. En ella habló, de manera magistral, de la importancia y el impacto del contenido narrativo de los juegos y de cómo este puede dotar de sentido a cualquier mecánica que se nos ocurra. Para ilustrar el tema, puso el ejemplo de un juego tan básico como el Pong, uno de los primeros videojuegos de la historia, en el que los jugadores controlan dos barras situadas en los extremos de la pantalla e intentan evitar que las supere un pequeño punto que se mueve de un lado a otro. Su creador intentaba imitar un partido de tenis o de ping pong, y esto nos hace imaginar que las barras son raquetas, y el punto, la pelota. Pero, como explicó Monchan, se podrían atribuir otros significados al juego, imaginando, por ejemplo, que la pelota es una patera llena de inmigrantes y las barras representan los países que impiden que esta llegue a sus costas. Esto me abrió los ojos sobre la capital importancia del componente narrativo de cualquier juego, que puede incluso hacer interesante la mecánica más simple.
Por aquel entonces tenía en mente crear un juego muy sencillo de manejo de recursos que debía estar basado en los palos de la baraja española, y esta charla me dio la idea de hacerlo de manera que el jugador lo entendiera como una lucha de un señor feudal contra las adversidades a través del tiempo. Descubrí que gracias al componente narrativo, introducido en los eventos de cada carta que afectaban a los recursos de los que dispone el jugador, el juego se hacía mucho más interesante.
¿EN QUÉ CONSISTE EL JUEGO?
Como he mencionado al principio, hay dos modos de juego, aunque mi concepción inicial se limitaba al modo solitario.
En el modo solitario, el jugador es un señor feudal que intenta traer la prosperidad a sus dominios. El objetivo a cumplir es adquirir un castillo, una iglesia y una muralla (elementos básicos de los feudos medievales). Para ello, hay que manejar los recursos que tenemos: Oros (dinero y comida), Copas (fe y clero), Espadas (fuerza militar) y Bastos (mano de obra), que se pueden representar usando una baraja española, o, simplemente, apuntando su cantidad en una hoja de papel.
El juego se divide en años, en cada uno de los cuales se roban 12 cartas del mazo de eventos; cada una de ellas representa un evento ocurrido cada mes, que podría variar la cantidad de recursos de los que dispones u obligarte a tomar decisiones acerca de estos o de las cartas que tienes en tu feudo. Al final de cada año, se hacen los ajustes necesarios dependiendo de las cartas de tu feudo, se mezclan el resto en el mazo de eventos, se baraja y se vuelven a robar doce.
Hay dos maneras de terminar el juego: pierdes cuando una carta de evento te pide más recursos de los que tienes (por ejemplo, si tienes 2 Bastos y una carta de evento te pide 3 o más), y vences cuando tienes en tu feudo las cartas de Castillo, Iglesia y Muralla y concluye el año en curso.
En el modo para dos jugadores, cada uno representa a un señor feudal. Ambos son enemigos y deben impedir que su contrario prospere y, al mismo tiempo, tratar de progresar. La victoria puede obtener de dos maneras: causando la caída del adversario o trayendo la prosperidad a sus propios dominios a pesar de los intentos de su enemigo por impedirlo.
DIFICULTAD
En estos dos años he estado haciendo muchos cambios en las cartas, desechando algunas y creando otras nuevas continuamente para contrarrestar determinados efectos de ciertos eventos, y probando las nuevas configuraciones una y otra vez hasta ajustar bien la dificultad.
El juego está pensado para que las primeras partidas sean bastante difíciles, ya que los jugadores desconocen los eventos y sus efectos sobre sus recursos y pueden, por ello, sobreestimar el efecto del azar sobre el juego. Yo mismo, conociendo el juego a la perfección, no fui capaz de terminarlo hasta que hice mi tercer intento. La razón es que cualquier mala decisión puede resultar catastrófica, de manera que hay que jugar siendo muy precavido. Por ejemplo, adquirir un Castillo demasiado pronto, puesto que consume muchos recursos, puede ser un error si no contamos en nuestro feudo con las suficientes cartas de apoyo que palíen los posibles eventos adversos que nos puedan tocar en suerte; así que el jugador debe saber dejar la oportunidad de adquirirlo si estima que no es el momento más adecuado.
Por otra parte, en el modo de dos jugadores, aunque el azar juega un papel importante, el jugador experto debería poder deshacerse fácilmente la mayoría de las veces de un adversario novel.
LAS ILUSTRACIONES
Cada carta contiene una ilustración que he sacado, principalmente, de la serie de librojuegos de Lobo Solitario, cuyos autores dieron su permiso para que estas fueran publicadas en la página de Project Aon; si bien, hay algunas de otros autores que he hallado en mi atento escrutinio de la red de redes. No he estado especialmente atento al tema de los derechos, ya que, siendo un juego gratuito, no me ha parecido tan importante. No obstante, si cualquiera de los autores de las imágenes que se incluyen en el juego quieren que sean retiradas del mismo, no tienen más que indicármelo en los comentarios de esta entrada y las sustituiré por otras ipso facto.
CÓMO IMPRIMIR EL JUEGO
Abajo se ofrecen tres archivos PDF: las instrucciones, las cartas de eventos y el reverso. Las instrucciones se pueden imprimir en medio folio o en uno entero. Las cartas de eventos aparecen distribuidas de 9 en 9 en 6 páginas, para que puedan ser recortadas por los bordes. La impresión del reverso es solo opcional.
Las cartas tienen una medida estándar de 6,3 x 8,8 cm., ideal para aquellos que quieran usar fundas. Si las usas, puedes imprimir aparte los reversos y meterlos junto con la carta para darles más consistencia, o imprimir anverso y reverso en la misma hoja (quedando la carta más fina). Se recomienda la impresión en cartulinas de grosor de unos 220 gramos o más.
Genial, Archi. Lo probaré, aunque no tengo ninguna duda de que estará fenomenal.
Gracias, Fer. Tú que controlas tan bien el tema del equilibrio en la dificultad, podrás decirme si alguno de los efectos es excesivo.
Los reversos (o los anversos, no sé) de las cartas son poco “printer friendly”, pero eso es un detalle nimio.
Probaré que tal va en el modo solitario, pero coincido que tiene buena pinta.
¡Añadida versión print friendly! Gracias por tu apunte, Dan Solo.
Tienes razón, Dan Solo, el reverso de las cartas gasta mucha tinta. Subiré una versión print friendly cuando pueda. ¡Gracias por tu comentario!
Hola!
Anoche estrené el juego en solitario, y me gustó mucho. Tuve la sensación de ser zarandeado por los hados durante casi toda la partida. Y eso que al final conseguí ganar!
He hecho una versión printer friendly de los reversos, y una versión de las cartas de recurso. Juan Pablo, si las quieres ver para valorar si añadirlas a las descargas, sólo tiene que escribirme a senefelder@gmail.com
Gracias!
¡Muchas gracias, Gerardo! Ahora mismo te escribo.
Buenas, ayer probé el juego por primera vez y se me presentó la siguiente situación: la primera carta que me sale es Tierra que me pedía pagar 2 O para ponerla en mi feudo. Y la segunda carta que me sale es Molino que me cuesta otras 2 de O para ponerla en mi feudo. Únicamente tengo un recurso comodín para poder pagar ese coste y como esa segunda carta ya no la puedo pagar, se acaba el juego??? Gracias y un saludo!!!
Hola, Alberto:
Hay cartas que te obligan a pagar unos recursos cuando te salen, pero otras, como la tierra y el molino, las puedes pagar opcionalmente para ponerlas en tu feudo y beneficiarte de sus efectos. Es decir, que si no te interesan o no puedes pagarlas, puedes dejarlas pasar, sin más.
¡Gracias por comentar!
Muchas gracias por contestar.
Te cuento otra “cosilla” que me ha pasado un par de veces ya…
Al ir añadiendo las cartas que no quedan en el Feudo al mazo de eventos puede ocurrir que vas robando de 12 en 12 pero no te aparece ninguna de las tres cartas que son necesarias para poder ganar y se puede volver en interminable el juego, no???
¿¿¿No habría alguna manera de ir aligerando el mazo de eventos para que con el paso de los años sea menos grueso y vayan creciendo las posibilidades de que aparezcan esas cartas que nos permitan ganar???
Muchas gracias y enhorabuena por el juego!!!
Buenas, Alberto:
Sí que hay una manera de aligerar el mazo: adquirir todas las cartas que puedas. Si las cartas pasan a tu feudo, ya no estarán en el mazo de eventos. Adquiriéndolas todas, el mazo se queda más o menos a la mitad, de manera que, de un 25% de probabilidad inicial, pasas a tener un 50% de encontrarla.
No obstante, pensaré alguna manera de facilitarlo aún más.
Gracias por tus comentarios, Alberto.
Buenas de nuevo…
A mí se me está ocurriendo, no sé si será buena idea o no, que por ejemplo después de un número determinado de años (3 ó 4) si no te ha salido ninguna de las tres cartas ganadoras en ningún año puedas añadirla de manera obligatoria a las cartas del siguiente año.
Y repetir esta opción cada 3 ó 4 rondas de año.
Y otra cosa es preguntarte si existe algún video donde se pueda ver alguna partida grabada para ver si estoy haciendo las cosas bien… (aunque creo que ya si, jejeje)
Muchas gracias y un saludo!!!
Lo que había pensado yo es en la posibilidad de pagar ciertos recursos a cambio de tener las cartas a mano para cuando se necesiten. Pero tendré que seguir pensando, ya que cualquier cambio puede desvirtuar mucho el juego.
Por otra parte, sí que he pensado en hacer un vídeo tutorial, y quizá lo haga, aprovechando que tengo que subir una actualización con un nuevo diseño de cartas, obra de Gerardo.
¡Gracias, Alberto!