Hola, camaradas interactivos.
Un alto porcentaje (altísimo, probablemente) de los amigos y visitantes de esta humilde pero digna web somos nostálgicos de los librojuegos de los 80, que nos hicieron pasar grandes momentos y que llevaron a algunos de nosotros a desear, y llevar a cabo, su resurgimiento. Muchos somos, también, los aficionados conscientes de que pese a la magia y romanticismo que todavía emanan las obras en papel, y el cálido tacto que ofrecen los dados de verdad, las posibilidades que ofrece una app en el mismo campo son indiscutibles. Aquí nunca hemos considerado el gamebook digital como un competidor, sino como el perfecto complemento interactivo de los nuevos tiempos; la tinta y los bits pueden y deben convivir para hacer más grande nuestro género.
A estas alturas, probablemente os estéis preguntando qué tiene que ver esta disertación inicial con el título del artículo. La respuesta es sencilla: decidme a quién no puede seducir, como ya han hecho las cuatro entregas de Sorcery de Inkle o el Warlock of Firetop Mountain de TinMan Games, una app que aúne pasado, presente y futuro del género como la propuesta que hoy os traigo: Fighting Fantasy Legends, de Nomad Games.
Fighting Fantasy Legends (de ahora en adelante, FFL) es, a mi modo de ver, otra muestra excelente de cómo ha de ser el siguiente paso de los librojuegos en el ámbito digital. Está claro que precisa mucho dinero y tiempo, y que no hay duda de que compañías como Choice of Games o Delight Games lo harían si pudieran, pero lo cierto es que las sensaciones que me ha producido (y me está produciendo) está app no las experimentaba hacía tiempo. A medio camino entre el gamebook y el RPG, FFL vale los seis euros que cuesta y más.
En cuanto a temática y escenario se refiere, no pueden ser más atrayentes para los “viejos rockeros” de Altea Junior. ¡Volvemos a Titán y regresamos a Allansia! ¿Os imagináis a Zanbar Bone, Balthus Dire y el hechicero Zagor en la misma aventura? ¿Reencontraros con personajes tan emblemáticos como Yaztromo o Nicodemus? ¿Visitar Silverton o Port Blacksand como nunca lo habíais hecho antes? Pues eso, amigos, y mucho más es lo que vais a ser capaces de vivir y gozar en FFL: básicamente, una combinación perfecta de los inolvidables Ciudad de Ladrones, Ciudadela del Caos y El Hechicero de la montaña de fuego (en inglés, City of Thieves, Citadel of Chaos y The Warlock of Firetop Mountain). De momento creo que no está en español, pero dado que he visto que sí lo han traducido al francés, al chino y al japonés, estoy convencido de que la lengua de Cervantes estará al caer si no ha caído ya.
Hablemos un poco de la estética y el sistema. En cuanto a la primera, podéis verlo en las fotos que adjunto en el artículo: semeja un RPG con visión cenital, en tercera persona, con un detalle de gráficos que, sin ser la octava maravilla, sobra para satisfacer al jugador (al menos, en mi opinión). Haciendo tapping con el dedo vas moviendo a tu personaje por los caminos entre ciudades y dentro de ellas, así como tomando las decisiones que se plantean mediante pergaminos. Nada rompedor ni original, pero evidentemente un buen trecho por delante de los Game Adventures de TinMan Games y similares.
Respecto a la mecánica, han sabido conjugar el regusto añejo con una dinámica novedosa y efectiva. Por un lado, nuestras puntuaciones son las que conocemos y aprendimos a amar (para luego, con la edad, ir desengañándonos), esto es SKILL, LUCK y STAMINA, con un máximo de 12 para las dos primeras. Hasta aquí, nada nuevo bajo el sol. Sin embargo, su gestión es distinta por completo a las de los librojuegos clásicos y me ha encantado. Vale, sigo echando de menos los Puntos de Héroe, ja ja, pero me gusta el sistema.
Os cuento. Los puntos de Destreza y Suerte se traducen en dados de seis, que en principio tienen todas las caras en blanco menos una, que implica un éxito. Para las pruebas de habilidad, se tiran todos los dados que posees y has de alcanzar una dificultad (por ejemplo, 3 éxitos); pura probabilidad, que obviamente aumenta con el número de puntos que atesoras. En los combates las tiradas no se comparan, sino que cada oponente lanza sus dados en su asalto y provoca tantos puntos de daño en el adversario como éxitos obtenidos. La cosa se complica un poco si hay armaduras de por medio, pero es algo casi testimonial.
No obstante, aún hay más. En el transcurso de la aventura acumulas puntos de experiencia que te permiten mejorar tus dados. ¿Cómo? Cada vez que pasas de nivel puedes optar por incrementar el número de caras-éxito en uno de tus dados hasta un máximo de tres, tras lo cual pasas a hacer lo mismo con otro dado. Mas este avance tiene su contrapartida, pues tus dados también pueden empeorar a causa de heridas, que afectan a tu Destreza, y maldiciones que afectan a tu Suerte. Estas últimas son especialmente perjudiciales, pues si un dado arroja como resultado ese símbolo arruina la tirada sin tener en cuenta lo que hayas sacado con los otros dados. Las heridas anulan éxitos, lo cual resulta otro hándicap en los combates. Afortunadamente hay lugares y personajes que pueden curarte… pero raramente lo harán gratis.
En fin, podría contaros mucho más, pero merece la pena que lo experimentéis por vosotros mismos. Yo llevo bastantes horas jugando, y he de reconocer que hacía tiempo que un juego no me tenía tan enganchado. Son seis euros muy bien empleados, os lo aseguro. Eso sí, mejor experiencia lúdica en tablet que en móvil.
¡Animaos!