Hace ya un par de meses que concluyó con un rotundo éxito una campaña de Verkami en la que la editorial Suseya presentaba dos librojuegos: Una herencia disputada y Road to Glory. Aunque el proyecto requería de 1500 €, se llegaron a recaudar casi mil euros más, y esto, los amantes de la ficción interactiva en general y de los librojuegos en particular, lo hemos tomado como una muy buena señal; y es que en estos días se hace notar un renacido gusto por la estética de los 80, incluyendo sus películas, su música, sus ordenadores (Spectrum, Amstrad, Amiga…) y, por supuesto, aquellos curiosos libros en los que tú eras el héroe.
Volviendo al tema que nos ocupa, estaba esperando que Suseya nos mandara a los mecenas el libro físico para hacerle la reseña (parece que hay problemas con algunos rezagados que aún no han dado sus datos para el envío), pero como ya nos pasaron la copia digital y a mí me ha caído por san Juan una magnífica tableta de regalo, no me he podido resistir y el pasado fin de semana me he dedicado a leer Una herencia disputada. Por tanto, la presente reseña se refiere a la copia digital de la obra, en la que no cabe hablar de la encuadernación, las hojas ni el aspecto externo del libro.
Se trata de un librojuego que aúna varias temáticas: misterio, novela negra y terror. En él nos ponemos en la piel de Scott Thompson, un detective privado que se ve envuelto en una investigación relacionada con un antiguo cliente, Cornelius Chalkman, cuyo testamento le ha convocado a él y a sus familiares para revelarles una terrible noticia de la que al principio todos dudan, y es que el viejo asegura haber sido asesinado. Determinadas razones te llevarán a investigar un caso en el que tu antiguo cliente te ha implicado de lleno legándote parte de su herencia.
Su autor, Luis Miguel Lozano (curiosamente, hermano de Daniel Lozano, autor del otro librojuego, Road to Glory) declara en los agradecimientos que nos encontramos ante su opera prima; cosa que me ha sorprendido, dada la calidad literaria de la que goza, como veremos más adelante. Comenta además que el librojuego se basa en una partida de un juego de rol que él mismo dirigió en Comunidad Umbría, lugar que encantará a los aficionados a la hiperficción constructiva.
La ilustradora es Alba Sánchez Díaz, de la que tampoco conozco más trabajos que este. Y he de decir que la estética de las ilustraciones no podía ser más adecuada al tono y la ambientación de la historia que tenemos entre manos. Son nada menos que 20 ilustraciones interiores de página completa, en las que la artista saca mucho partido del contraste entre el negro y el blanco, y con un estilo variado que va desde el fotográfico hasta casi lo abstracto, un gran acierto, a mi entender, cuando pretende evocar los horrores descritos en el libro. Por otra parte, la portada es un fiel reflejo de lo que vas a encontrar en el interior, con ese detective en primer plano y, tras él, una nube de humo que brota del cigarrillo de una misteriosa fémina, cubriendo un mapa. Esta sensación de misterio se acentúa en la contraportada, donde vemos, desde la oscuridad que nos envuelve, a unos tipos que se dirigen hacia nosotros desde un umbral luminoso. En resumen, creo que Alba ha sabido captar a la perfección la atmósfera en la que el escritor ha envuelto su historia.
Una maquetación sencilla y sobria, sin grandes alardes y que, de nuevo, casa con el tono de este libro, completa mi comentario sobre un apartado gráfico que me ha parecido bastante notable. El tipo de letra es muy legible, y al menos en la tableta se lee a la perfección.
Y ahora, vayamos a la parte literaria. Como preámbulo, se explica de forma amena lo que es un librojuego, y a continuación se explican, en una sola página, las reglas que seguiremos: tenemos 3 puntos de Vitalidad y otros 3 de Cordura, los cuales podemos perder dependiendo del rumbo que tome la historia; cuando nos quedemos sin puntos, tendremos que visitar una página concreta. Un sistema de juego de lo más sencillo, a medio camino entre los librojuegos en los que solo hay opciones (los Elige tu propia aventura) y aquellos con reglas más complejas. Llevar la cuenta de los puntos es de lo más sencillo, y permite al lector centrarse en la historia por completo. He de comentar que hay un momento en el que se indica que apuntemos cierto objeto en nuestro “equipo”, lo que me hace sospechar que la gestión de un inventario se contempló al principio como parte del sistema de juego, para después desecharla.
Otra cosa a destacar, aunque ya lo vimos en Tiempo para la verdad, es que aquí las opciones no remiten a páginas, sino a saltos. Cada salto incluye, por lo general, varias páginas, y hay un total de 73 (sin contar el salto 0, que es la introducción, ni los de “sin puntos”) distribuidos en 199 páginas. Además, aquellos en los que concluye la historia se señalan con la palabra FIN en mayúsculas, seguida de un breve comentario acerca de cómo ha terminado la historia, lo cual me ha parecido un detalle gracioso.
La historia se narra de manera exquisita, con toda la parsimonia que requiere un libro de este tipo, y tal como si fuéramos el propio investigador, atento a cada mínimo detalle. En numerosas ocasiones se demora para construir la historia y personalidad de nuestro protagonista, del que, cuando aún no ha arrancado la trama principal, ya disponemos de la suficiente información como para hacernos una buena idea de cómo es su vida. También, a través de él, vamos conociendo al resto de personajes, y podemos incluso llegar a desarrollar sentimientos hacia ellos basados en el juicio y la opinión que les merece a Thompson. A veces uno llega a olvidar que está ante un librojuego, dada la extensión de la mayoría de los saltos, y cuando llega la hora de elegir uno solo espera, incluso con ansiedad, no equivocarse para poder seguir leyendo la versión más extensa de esta historia que te atrapa desde el primer momento. En ese sentido me ha recordado a obras con tan buen contenido literario como la serie Barcelona Máxima Discreción o El oro y el acero.
En cuanto a las opciones, suelen ser dos, aunque alguna vez tendremos tres o un enlace que devuelve directamente a otro en el que convergen varios; he notado que se trata de huir de los enlaces únicos, pero esto es inevitable por su estructura convergente.
A nivel narrativo me ha sorprendido muy gratamente cómo el autor acomoda la multiplicidad de opciones inicial con la trama haciendo que toda elección sea relevante. En una ocasión, Dave Morris aseguró que en realidad la mayoría de los librojuegos te obligan a elegir determinadas opciones, ya que otras terminan bruscamente, siendo, según sus palabras, caminos que el escritor no ha querido desarrollar (y que normalmente terminan en lo que se conoce como muertes automáticas). Esto aquí solo lo veremos en las elecciones del salto 0: si te interesa la historia, esta continúa; si no, termina. Pero en las subsiguientes oportunidades que ofrece el escritor para desviarse de la trama principal, esto ya no vuelve a suceder: siempre hay algo que fuerza al protagonista a volver a implicarse en la investigación, y, a mi modo de ver, está muy bien resuelto, ya que cada nueva oportunidad añade tramas secundarias que quedan en un segundo plano cuando leemos un salto dedicado a la principal, pero que siguen ahí, a veces con una velada referencia solo perceptible para el lector que tenga la información pertinente, detalle este que me obliga a deshacerme en elogios hacia el autor.
Algún fallo hay, por ejemplo, en cuanto a la redundancia, pues dependiendo del itinerario escogido, puede que al lector le llegue dos veces la misma información; pero nada grave, pues esto no afecta al salto entero, sino a una o dos frases o, todo lo más a un corto párrafo dentro de este.
En cuanto a la dificultad, aunque no he terminado el libro, veo que tiende a ser alta; lo cual no es malo, sobre todo teniendo enfrente una delicia como esta, que es un placer explorar. En mis dos incursiones, en una he sido asesinado y en otra he muerto al abrirse otra dimensión. Pronto habrá una tercera, y desde luego, no descansaré hasta desentrañar el misterio de la familia Chalkman.
La única nota negativa es la ortografía, pues he encontrado varias veces una confusión entre por qué, porque y porqué, entre de y dé, y algunas palabras con errores de acentuación, sobre todo aquellas en las que las tildes distinguen un adverbio de una conjunción (como/cómo, que/qué, etc.). Pero nada tan grave como para que dificulte la lectura. Requeriría, eso sí, de una revisión para una segunda edición, la cual estoy seguro que tendrá, pues es uno de los mejores librojuegos que he leído en los últimos tiempos y merece sobradamente todo el éxito que está teniendo.
¡Caray! Se me van a subir los colores, me alegra muchísimo que os haya gustado el librojuego, esto me anima a seguir adelante y probar suerte de nuevo.
Muchas gracias por la crítica, tanto la positiva como la negativa. Tendré que esmerarme más con esos fallos ortográficos, que con la tabarra que suelo dar en Comunidad Umbría, no pueden perdonárseme XD
¡Un saludo y muchas gracias de nuevo!
Hola, Luis Miguel:
Primero, quería darte la enhorabuena personalmente por este libro; no solo la trama es interesante y te mantiene pegado a él, sino que además está muy bien narrado, e incluso he notado detalles que suelen verse en escritores con varios libros a sus espaldas.
Y segundo, sobre los errores ortográficos, casi ningún escritor está a salvo de ellos, y por mucho que revises el texto siempre hay algo que se escapa; por eso, sería conveniente contar con la ayuda de un corrector. Pero Suseya es una editorial que, a pesar de la falta de medios, lo está haciendo genial, y seguro que le pondrá solución en el futuro. Y en todo caso, es un fallo que no quita un ápice del mérito que tiene esta obra.
Un saludo.