En varias ocasiones se ha hablado de los orígenes literarios de los librojuegos, en los que aparecen nombres tan ilustres como Borges y Cortázar, pero no he encontrado ninguna alusión a los orígenes científicos de la ficción interactiva. Y es que esta es heredera de los principios de la enseñanza programada, nacidos de toda una eminencia en el campo de la psicología y la educación: B. F. Skinner.
En el siguiente artículo analizo las semejanzas entre los principios y la estructura de los programas de enseñanza de los años 50 y los librojuegos, una curiosidad que me surgió al observar que la mecánica utilizada en la serie TutorText, que apareció a finales de los 50 y aplicaba los principios de la enseñanza programada, es muy similar a la de la serie Elige tu propia aventura. A lo largo del artículo, explico cómo surgió la enseñanza programada y su sorprendente relación con la ficción interactiva. Concretamente, utilizo como ejemplo un título de la serie La máquina del tiempo para ver cómo, poco a poco, las mecánicas de la enseñanza programada se van pareciendo cada vez más a las usadas en los librojuegos.
Impresionante.
Eso sí es un artículo y no los que escribo yo. Da gusto ver cómo se va “academizando” el estudio de los librojuegos.
Enhorabuena, es interesantísimo
¡Gracias, Jaco! Tú y Fer pusisteis la primera piedra con la guía para educadores, esa sí que es imprescindible.
Fenómeno, Archi. Articulazo.
Me ha parecido muy interesante y muy profesional, con referencias bibliográficas y todo.
Según lo leía me acordé de “Criatura del caos”: nunca la palabra “frustrante” pude asociarla más a un librojuego que a ése. Un año de estos, quizá…
100% acertada la elección de la serie “La máquina del tiempo” para ejemplificar la relación de los librojuegos con la enseñanza programada. Podrían representar el “primer curso” o la “lección 1” de un aprendizaje que se refuerce en “cursos siguientes” con los ETPA, Lobo Solitario, Lucha-Ficción… hasta llegar al “frustrante” (y ya me estaría andando por las ramas jejeje).
Yo también recuerdo La Criatura del Caos, Alberto… y no me dejó buen sabor de boca, precisamente, pese a su concepción tan original de partida.
Criatura del Caos fue de los primeros librojuegos que leí en el pequeño resurgir de principios de siglo. Me sorprendió el hecho de que era mucho más literario que los demás FF (no hay más que ver su introducción, insólitamente extensa), pero era el peor de TODOS los que he leído jamás en cuanto a jugabilidad, horroroso y abominable. Lo terminé solo por la reencontrada ilusión por los librojuegos, pero siempre lo recuerdo como un ejemplo de cómo no se debe diseñar un librojuego (camino único y todos los alternativos terminan en muerte).
Coincido totalmente con ambos. De hecho, no llegué a terminar el librojuego de “La Criatura del Caos” porque me dio la sensación de ser una aventura demasiado forzada. En ocasiones, me sentía atrapado como si estuviera en la cinemática de un videojuego, en la que no participas ni haces nada salvo las cosas que te están pasando.