TITULO: “Amenaza sobre Gorm”

COLECCIÓN: Gormiti

NÚMERO: no consta

AUTOR: Fabio Fracas

ILUSTRADOR: No consta

EDITORIAL: Medialive

AÑO: 2009

SECCIONES: 201 (187 páginas jugables)

Nuestro amigo y seguidor Pablo Molina, al que ya conoceréis porque lo hemos mencionado otras veces, nos ha remitido un librojuego infantil que ha localizado y del que desconocíamos su existencia. Gracias, Pablo, por contribuir a que esta comunidad siga adelante.

Este librojuego es toda una rareza por tres motivos: la editorial que lo publicó ya no existe (creo que ahora es Panini quien la compró), la colección a la que pertenece no tiene más librojuegos que este y, además, no se le hizo apenas publicidad en su momento.

“Amenaza sobre Gorm” es un librojuego infantil con normas algo más complejas que los ETPA (“Elige tu propia aventura”). Su mecánica se basa en secciones (a los que expresamente se denominan “párrafos”) que abarcan casi una página cada una. Sin embargo, supone un punto de evolución frente a los ETPA por el motivo que explicaremos a continuación.

Este libro es una rareza en dentro del género

Antes de entrar a explicar pormenorizadamente las mecánicas del juego, deberemos saber que Gorm es un lugar ficticio en el que viven los Gormitis. Los Gormitis (sus habitantes) disponen de cuatro Señores de la Naturaleza (mar, tierra, bosque y aire) que se desenvuelven especialmente cómodos en sus respectivos hábitats. Además, tales señores deberán defender Gorm de sus malvados vecinos.

El librojuego introduce dos elementos interesantes a la jugabilidad. El primero, la posibilidad (nada más empezar) de escoger qué personaje o Señor de la Naturaleza elegiremos en nuestra misión. Eso determinará completamente la trama de la aventura y nuestras habilidades serán diferentes para cada caso. En segundo lugar, el librojuego añade unos dados de seis caras impresos en las páginas. Curiosamente no se limita al clásico recurso de imprimirlos como sustituto de dados reales sino que, además, enlaza una doble mecánica. De este modo, el jugador (en los momentos en los que deba tirar el dado) tendrá que abrir una página al azar y mirar el número que marca el dado impreso a gran tamaño en la página impar en la que se halle. A ese número sumará el que indique un dado de menor tamaño que aparece en la página par adjunta, pero solo si tal dado se acompaña de una imagen del personaje que haya elegido. Además, en el caso de que la sección que estemos jugando sea el medio natural de nuestro personaje, tenemos un punto extra. Este último hecho nos lo indicará el párrafo en concreto en el que nos hallemos.

Este sistema de juego es válido tanto para calcular nuestra potencia como nuestra agilidad, que serán los dos elementos en los que deberemos someternos a prueba a lo largo del periplo que viviremos.

Como observamos, aunque la introducción de párrafos es más bien irreal (pues ocupan una página entera, prácticamente, cada uno) el sistema de combinación de 3 factores (dado grande+dado pequeño+punto por hábitat) sí es una innovación respecto a los ETPA. Considero que este detalle es interesante como un paso intermedio entre los Elige y los librojuegos que incluyen una mayor complejidad de normas y elementos.

Otros recursos empleados son del tipo “ardid intelectual”, en donde el jugador-lector solo sabrá a qué párrafo acudir haciendo cálculos de pistas que se le dan (resta tal número de párrafo a tal otro y vete al resultado). Es más: hay una sección en la que el librojuego te pregunta que qué haces ahí, pues no podrías haber llegado. ¿No os recuerda eso a “Crónicas cretenses”?

Por lo que respecta a la narración, este librojuego dispone de párrafos lo suficientemente extensos como para que Fabio Fracas pueda pormenorizar un poco en descripciones y en el ritmo. Como buen librojuego, aunque está escrito en segunda persona del singular y presente, el hecho de tener espacio holgado para la narración le confiere un ritmo a la trama rico visualmente sin dejar de ser dinámico. Fabio incluye información sobre el universo Gormiti en los diálogos y detalles en las descripciones, lo que introduce un elemento literario interesante en el librojuego.

Sin embargo, varios detalles nos hacen ver que el libro está orientado a niños. Uno de ellos es la tipografía. El tamaño de la letra es bien legible y se emplea mucho el uso de negritas y diversos colores, incluso dos tipos de fuentes tipográficas. Todos estos recursos (sumados a los que comentaremos más adelante) persiguen una fuerza gráfica importante que haga el libro atractivo a los más jóvenes.

El otro elemento importante es la maquetación y estética. El librojuego tiene un encabezamiento en cada página a modo de cabecera y ninguna se repite. La cantidad de láminas que encontramos en él es abrumadora. Por si fuese poco, la obra tiene todas sus páginas a todo color. Para reforzar esto, el gramaje del papel y su tacto es similar al de las novelas gráficas, que yo he denominado otras veces como “de tacto encerado”. Los párrafos, a su vez, también están enmarcados, sustituyendo de este modo a los “dibujos de paso” y aunque no hay ilustraciones a página completa, se salpica de tantas de mediano tamaño que ni nos damos cuenta de la ausencia de aquéllas. Además, ¡las tapas son duras!, aspecto que solo encontré en la editorial Ingelek, Grijalbo y Atlántida. Ni que decir tiene que esto ya se nota nada más coger el librojuego, pues su peso es significativo.

No puedo negar que este librojuego, visualmente, es un lujo. El trazo es puramente de cómic del estilo manga, como los dibujos animados japoneses de superhéroes, como veréis en las imágenes que adjunto. Líneas claras y colores casi planos. Esta apuesta estética (muy seguida hoy en día por Panini) parece funcionar desde hace varios años entre los chicos, y ciertamente ver tal derroche de colorismo en todas las páginas, impresiona mucho.

Para acabar, querría poner un punto de atención a dos datos más. Uno de ellos es el número de elecciones en cada párrafo, con un máximo de tres pero quizá abusando demasiado de aquellas que solo permiten un salto. Además, el lector-jugador no puede confiarse porque hay finales en los que puedes acabar mal tu aventura. Este aspecto me gusta, pues el mundo excesivamente edulcorado que le damos a los niños no siempre es un acierto. El autor, por otra parte, anima mucho a la rejugabilidad en estos momentos y a la autosuperación. También añade una última página insistiendo en la rejugabilidad del libro.

El otro aspecto a mencionar trata de un recurso divertido que observé. Fabio Fracas personaliza el propio librojuego “Amenaza sobre Gorm”. Puntualmente, para explicar las mecánicas del juego, su introducción o un desastroso final, es el propio libro el que te habla y orienta, mediante frases como “¡Vaya! ¿No querrás tomarme el pelo, no? Sí, soy el Libro”. Esta muestra de hipertextualidad me parece muy rara de ver en esta clase de obras, y por tanto considero que aporta originalidad a este librojuego. Por si fuese poco, la personalidad que tiene el libro es divertidísima y hasta nos caerá bien.

En resumidas cuentas, “Amenaza sobre Gorm” es un librojuego de transición, y considero óptimo su empleo para dar un paso respecto a los de sistema ETPA y antes de comenzar con otros más complejos. Su riqueza cromática y sencillas mecánicas de combinaciones lo hacen estupendo para emplearse como “nivel bajo-medio” en los niños.

Una pena que ya sea complicadísimo localizarlo. Ojalá algún editor se haga eco y retome esta idea, pues el mercado no tiene ahora mismo un equivalente igual en librojuegos infantiles que reúna todos estos elementos de mecánicas y de presentación gráfica.