TITULO: 1001 cuentos

COLECCIÓN: no consta

NÚMERO: no consta

AUTOR: Lila Prap

ILUSTRADOR: no consta

EDITORIAL: Edelvives

AÑO: 2013 (2a edición)

SECCIONES: 30 páginas jugables.

Hace poco, Borja Segovia, en nombre de la editorial Edelvives,  nos ha remitido muy amablemente un ejemplar de un librojuego orientado a los más pequeños y que representa un ejemplar muy, muy curioso.

Efectivamente, acostumbrados como estamos a ver librojuegos creados para edades por encima de los 6 años, nos ha llamado poderosamente la atención descubrir que hay ejemplos de obras pensadas para los más pequeños. Salvo error, puedo afirmar que no me constan actualmente más ejemplos, al menos en lo que a publicaciones en papel se refiere. Es más, si no me falla la memoria, los últimos en publicar librojuegos para niños tan pequeños fueron nuestros amigos de la editorial Everest con su colección de “La Torre y la Flor”, allá por mediados de los 80.

La edición está cuidadísima en su presentación

Lo que más me llamó la atención nada más recibir el librojuego fue lo cuidadísima que está esta edición. La obra está encuadernada en tapa dura, con una medida de 27 x 27 cms, y se ha empleado un papel de buen gramaje, cuyo tacto es similar al de la cera. Desconozco el nombre técnico de dicho papel, pero os podéis dar una idea a qué me refiero si pensáis en el que se suele usar para imprimir cómics, aunque más grueso en este caso. Este detalle, por mi experiencia con la infancia, es importante, pues los niños suelen agradecer estas cosas ya que son sensibles a las cosas táctiles y, además, aún no han desarrollado la precisión suficiente como para pasar páginas, pongamos por caso, de papel de fumar. Buen acierto.

Eso me causó una buena impresión, pues me hizo suponer que me encontraba ante una obra de calidad en la que la editorial había puesto mimo. La presentación y maquetación que escudriñé, tras un análisis posterior, me confirmaron esta primera y agradable sospecha.

Al abrirlo observé que, tal y como suponíamos, el ejemplar está completamente ilustrado, con láminas a página completa. Aunque no encontré quién ha sido la persona que lo ilustró, sí puedo describir el tipo de dibujo, que me recuerda a las obras de craft que se hacen en manualidades. No descarto que el artista haya usado papel maché, pues una observación detallada nos lleva a pensar que se han empleado ceras o quizá témperas para iluminar. En las fotos que adjunto podéis apreciar mejor lo que digo.
En todo caso, el colorismo es importante, y encontramos ilustraciones con un trazo que los niños agradecerán, sencillas, sin exhuberancias. Además, tal y como comentaremos más adelante, se incluyen ciertos guiños(a modo de referencias) a lo largo de la obra.

Es muy raro encontrar librojuegos para niños tan pequeños

Como ya es un clásico, en la primera página se nos advierte que el libro no debe ser leído de corrido ya que sería absurdo, y que lo que debemos hacer es ir tomando una elección al final de cada página y que nos remitirá a otra. Estamos por tanto ante un ETPA (“Elige tu propia aventura”), cosa lógica si pensamos el público al que se orienta. Para facilitar las cosas, la autora ha ceñido las decisiones a dos elecciones, que a su vez derivan la trama en una nueva alternativa dual.

El lenguaje empleado es sencillo y directo, constando de unas 6-7 frases por página, si bien las frases usan comas para alargarlas un poco. Es decir, no es un lenguaje elaborado, orientado a niños a partir de 8 años, pero tampoco es un ejemplo del usado para aquéllos que comienzan sus primeras lecturas. Un ejemplo de frase sería, para que os hagáis una idea, “Había una vez una niña tan dulce y tan amable que todos la querían“.
La autora usa los cuentos clásicos infantiles (Caperucita Roja, Los Tres Cerditos, Hansel y Gretel, Los Siete Enanitos…) para construir una trama dinámica en donde los personajes se combinan, los protagonistas se entrecruzan y los argumentos se mezclan. De una forma magistral, logra hilvanar los bucles argumentales de manera que podemos leer varias páginas enlazando cerditos con niños malos, con brujas, con diablillos y con lobos que se encuentran con enanitos. Sublime.

Ninguna historia baja de las 6 o 7 páginas y he llegado a combinaciones coherentes bastante largas para constar el libro de solo 30 páginas en total. Creo que es un ejemplo de maestría narrativa del todo admirable lo que ha logrado hacer Lila Prap.
Como señalé más arriba, en cada página-historia hay un pequeño símbolo, que casi pasa desapercibido. Suele ser un trébol, un pez azul o naranja, una manzana roja o morada, un corazón, una margarita, una flor roja, etc… Esto me hace sospechar que la autora combinó símbolos con colores para llegar a crear la variedad tan grande de opciones que nos presenta. De esta manera, cada elemento-color representa una combinación de argumentos. Este sutil símbolo se incluye en las ilustraciones de cada página y un buen observador lo notará al poco rato.

Poco más cabe añadir. Creo que es una obra de muy buena calidad y una maravillosa aproximación al género de los librojuegos para los más pequeñajos, cosa que la hacen del todo recomendable. Y, por supuesto, dar las gracias a la editorial Edelvives y a Borja por su amabilidad al contar con nosotros y cedernos este ejemplar de cortesía para que pudiésemos conocerlo.