Ante el número de correos electrónicos que estamos recibiendo, me he visto en la necesidad de escribir una pequeña entrada para aclarar algo.

“Dédalo” no es una empresa, es una asociación.

Como sabéis, el ánimo de lucro forma parte del espíritu de una empresa: éstas nacen con la voluntad de ganar dinero y repartirlo entre sus propietarios. Esos propietarios aportan capital (unos) o tiempo y trabajo (otros), dependiendo del tipo de empresa que se elija. Para obtener ese dinero, buscan clientes a los que ofrecer bienes o servicios a cambio de una contraprestación económica.

Las empresas se componen de socios y contratan empleados para que las trabajen.

Por el contrario, una asociación no tiene ánimo de lucro: ni legalmente puede, ni busca, ganar dinero para repartir los beneficios entre sus componentes. Las asociaciones persiguen la obtención unos fines de bien común, y el dinero que consigan deben emplearse íntegramente para hacerlos posibles. Por eso mismo se las audita y por eso mismo los requisitos para que se autorice su creación son exhaustivos.

Las asociaciones se componen de asociados que (generalmente) tienen derecho de voz y de voto.

A raiz de esta introducción, debo decir que “Dédalo” no da nada a cambio de la cuota de socio. “Dédalo” pide la ayuda de aquellos que crean en sus fines y les invita gustosamente a participar en su actividad. Por poneros un ejemplo muy obvio, cuando alguien se asocia a una Asociación que luche contra el cáncer, lo hace porque cree en su actividad y no porque vaya a obtener algo a cambio de su cuota.

La cuota de asociado a “Dédalo” supone el derecho de tener voz y voto para decidir las acciones y dirección a la que se va a orientar la Asociación, permitiéndole tener presencia y hacer fuerza allá donde se considere oportuno por todos los que la componen.

A nadie se le escapa que muchos logros solo pueden conseguirse con un poco de dinero. Por ejemplo, sin dinero no se puede pagar un stand en convenciones especializadas, o no se podrá pagar la traducción de un librojuego que deseamos ver en español, o no se podrá hacer una aplicación educativa basada en un librojuego. No se podrán hacer muchas cosas que ayudarían a que los librojuegos y la ficción interactiva sean reconocidos en su importancia, y que su presencia se convierta cada vez en algo más normal.

Otra cosa es que la Asociación logre negociar descuentos en librojuegos o similares (solo para sus asociados) o rebajas en el precio de entrada a las convenciones o un precio especial para esos librojuegos traducidos que puse como ejemplo. Eso son ventajas para los asociados, exista o no cuota de entrada, pues nada impide que en el futuro tal cuota aumente, disminuya o desaparezca. Además, esas ventajas pueden conseguirse o no, pues dependen de muchos factores.

Por lo tanto, a los que queráis ser asociados de “Dédalo” y apoyarlo, deciros que siempre seréis bienvenidos. Si por el contrario entendéis la cuota como una contraprestación, entonces debo señalaros que vuestra actitud es más empresarial que asociativa, y que ésa no puede (ni debe) ser la finalidad de una asociación.

Muchas gracias a todos por vuestros mensajes y confío haber aclarado más las cosas de una forma escueta y sencilla.

Un saludo.