Nuestros amigos de Conbarba nos han remitido hace poco un juego muy curioso, pues es un híbrido entre un juego de rol y un librojuego. Aunque ya habíamos visto otros ejemplos anteriormente (sobre todo mezclas entre librojuego y literatura pura), de momento no habíamos tenido ocasión de reseñar mucho más material sobre los tipos de juegos que mezclan géneros.
El juego en cuestión se llama «Fantasmas Asesinos».
Tal y como comentamos, lo primero que nos llamó la atención es el hecho de que pueda integrarse el concepto de librojuego dentro de la estructura de un juego de rol, creando subgéneros con personalidad propia. No abundan este tipo de productos y es un campo muy, muy interesante a explorar que ya se experimentó en el extranjero hace décadas pero que jamás llegó aquí.
A continuación os vamos a explicar cómo es esto posible.
El juego se divide en dos libros, el de jugador y el de maestro de ceremonias o director del juego. Nos llamó la atención que, a fin de evitar confusiones a la hora de jugar, su autor Vicent Baker ha optado por la ingeniosa idea de numerar con páginas pares al libro del jugador y con impares al de director del juego. De esta forma, las referencias que se hagan en cada nudo de la historia no pueden despistarnos sobre quién debe interactuar, pues cada uno sabe claramente qué numeración le corresponde. Por si fuera poco, algunos de los capítulos más recurrentes o importantes se enuncian con un título descriptivo que nos indica en qué situación nos encontramos.
El libro comienza (antes de señalar lo necesario para jugar y cuál es el objetivo del juego) con una advertencia sobre la numeración de las páginas, recordándonos que debemos guiarnos de forma en que lo haríamos en un librojuego. Es decir, se nos remarca que en el juego iremos «saltando» según las indicaciones que se nos vayan dando a lo largo de la trama. El número de la sección a la que nos tendremos que dirigir está muy bien remarcado y no da lugar a dudas.
En ese aspecto, haciendo un paréntesis, debo decir que los chicos de Conbarba han realizado una maquetación y presentación gráfica impecable. La tipografía empleada se lee bien, no cansa y las páginas del manual son diáfanas, con una cenefa de adorno al pie de cada una que evita que se conviertan en sosas. Sobrias sí, limpias, pero no aburridas. Personalmente me gustan mucho este tipo de diseños gráficos que no recargan la lectura de lo que es, en el fondo, un «manual de instrucciones».
Como decía, el objetivo del juego consiste en la fuga de una fábrica abandonada (por parte del jugador) que debe ser impedida por el «maestro de ceremonias» (el director del juego) mediante el uso de fantasmas y su entorno. El jugador, en los 30-60 minutos que puede durar una partida, deberá sobrevivir al instinto asesino de los fantasmas o ayudarles a salir de su confusión.
Este trasfondo espiritista me ha gustado mucho, acostumbrado a zombis, vampiros y monstruos de diversa índole. No se encuentran muchas obras basadas en fantasmas y creo, personalmente, que el terror psicológico que pueden llegar a transmitir es más alto que el de muchas otras criaturas. Un espectro es intangible, susurrante, velado. Y si a eso le sumamos que en este caso nos acosan en ambientes asfixiantes (una fábrica abandonada, oscuridad, encierro), el climax es acongojante. Y ciertamente, lo consiguen.
La figura del espectro o fantasma logra crear una ambientación de terror psicológico excepcional.
Para poder desarrollar su parte más «rolera», los jugadores no solo disponen de sus respectivos libros-manuales. Será necesario que aporten una baraja (sin comodines) de naipes. Tales cartas serán las que determinen, por turnos, lo que va ocurriendo, dependiendo de sus palos y el número que cada una de ellas muestre.
A lo largo de la partida, el maestro de ceremonias tratará de impedir que el jugador logre salir con vida. Y, ciertamente, lo tiene más fácil que este último, pues la probabilidad de salir airoso de tan terrorífica aventura es, como bien, se indica, de un tercio. Si bien es cierto, y no hay que olvidar, que el jugador astuto que sepa emplear una estrategia correcta podrá resolver satisfactoriamente su periplo.
El juego se desarrolla por turnos y las cartas se escogen al azar. Básicamente, cada participante deberá leer su librojuego y actuar en consecuencia, ya sea describiendo, cogiendo carta, hablando de él mismo, eligiendo de una lista, preguntando… Como vemos, han conseguido hilar de una forma muy atractiva la mecánica del librojuego (que dirige las líneas generales de la trama) con la de rol (que permite la libre acción dentro de cada marco-capítulo que se establece).
Me explico: el jugador y el maestro de ceremonias están obligados a imaginar y constuir una narración. La carta que se saque determinará lo que debes hacer según una tabla, o te obligará a «devolverle la pelota» a tu rival mandándolo a otra sección, por ejemplo. A partir de ese duelo sostenido, los participantes podrán llegar a diversos finales en donde logren escapar de la fábrica maldita, liberen al fantasma de su sufrimiento, perezcan, queden atrapados en la infinita tristeza y confusión que turban a los espectros, etc…
En el caso de que queráis un desglose más pormenorizado de las normas del juego, os recomiendo consutar este artículo de la Roleropedia.
En fin. Solo me resta decir que me ha gustado mucho el sistema que Vicent Baker y Conbarba han desarrollado en este estupendo híbrido. He de reconocer que, con el bagaje que voy teniendo en ficción interactiva, nunca había visto algo igual y, tras jugar conmigo mismo un par de partidas, he observado que el sistema está pulido, es dinámico y coherente.
Os recomiendo este juego para los que queráis echar partidas rápidas (no suelen durar más de una hora) en un ambiente de reto y terror. Porque no solo os vais a encontrar conflictos que a veces son espinosos de resolver, no, sino que también os veréis inmersos en el pavor que da estar solo en una ambientación en donde cada susurro, cada sombra, cada pensamiento puede ser un espectro confuso por una tristeza y dolor tan intensos que solo puede salir de ellos mediante una expresión asesina.
Y tú, jugador con 1/3 de posibilidades de ganar, eres su objetivo.
Web de Conbarba
Para rematar os recordaré que la editorial tiene, ahora mismo, una interesante oferta en la que junta este juego con «Envenenado» a un precio tan bueno que no da lugar a dudar.