Una de las maravillas de Internet es la cantidad de información que puede encontrar uno. Ayer me topé con un artículo de Cultura del diario “El País” de 1987 que habla del boom tan importante que han tenido los librojuegos y su presencia en la Feria de Bolonia. Lo más interesante de este artículo son los comentarios que ya suponían cuál iba a ser su evolución:
“El libro-juego para jóvenes continúa siendo un sector editorial en expansión, como demuestra la abundancia de nuevas propuestas que giran a su alrededor en la Feria del Libro Infantil de Bolonia. Si el gran boom de este tipo de publicaciones se produjo en Europa hace unos tres años, aún hoy los editores buscan nuevas ideas para explotar una inteligente fórmula de lectura activa y participativa.
La gran preocupación de los editores infantiles y Juveniles apreciable en esta feria italiana, sigue siendo una sola: estimular la creatividad de los jóvenes lectores a través de las más variadas y espectaculares propuestas.Un libro-juego es lo que su propio nombre indica: un libro que obliga a jugar a quien lo lea o, dicho con palabras de Umberto Eco -quien, por cierto, uno de estos días se dejará caer por la feria- una obra abierta que obliga a escoger determinados recorridos de sentido dejando de lado muchos otro posibles. El lector se mete en la piel del protagonista y empieza a optar: por ejemplo, de una larga lista de…”