«Los caminantes. Destino: Carranque»

librojuegos.orgTITULO: Los caminantes. Destino: Carranque.

COLECCIÓN: No consta

NÚMERO: No consta

AUTOR: Andrés Carrión (basado en el universo de Carlos Sisí)

ILUSTRADOR: Alejandro Colucci (cubierta) / Daniel Expósito (interior)

EDITORIAL: Timun Mas

AÑO: 2013

SECCIONES: 250 (159 páginas jugables)

Fiel a su fama de seriedad y sin perder el buen renombre que en el género de los librojuegos siempre ha tenido, Timun Mas nos ha remitido muy amablemente un ejemplar del librojuego «Los Caminantes. Destino: Carranque» para que lo reseñáramos.

El librojuego, como claramente se indica en la portada, está basado en el universo creado por Carlos Sisí. Como no he tenido ocasión de leer su novela, tuve que recurrir a la sinopsis de la Wikipedia a fin de saber qué ambientación me iba a encontrar con el librojuego. Esto fue lo que encontré:

«La historia transcurre en una Málaga post apocalíptica e invadida por los zombis y narra las desventuras de un grupo de supervivientes que, tras diversas peripecias personales, encuentran un refugio aparentemente seguro en el polideportivo de Carranque. Los Caminantes alcanza actualmente (2013) la 12ª edición. Esto propició la posibilidad de que la novela fuera traducida al inglés y publicada en países de habla inglesa por la editorial Permuted Press con el título de The Wanderers.»

Bien. Ya puesto en antecedentes, quise saber un poco quién era el autor del librojuego y me llevé una grata sorpresa. Efectivamente, Andrés Carrión Moratinos puede presumir de tener una dilatada experiencia escribiendo librojuegos, con 6 números publicados por la editorial Hidra. Quiero dejar esto claro desde el principio pues en ciertas webs y foros de internet he visto algunos comentarios criticando duramente que el nombre del autor no saliese en la portada. Como autor que soy no voy a defender esta técnica comercial que usan las editoriales, pero sí diré que no es extraña y que en todo momento se le suele comunicar al autor que ha escrito dicha obra. Por otra parte, es sensato que se emplee esta técnica a fin de captar la atención de un público que ya es fiel a la novela principal a la que el librojuego hace referencia. Usando el mismo ejemplo que comenté en la reseña de «Tramórea: la cacería secreta«, cada vez es más normal ver portadas en las que se lee «Blade Runner» y no «¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?». Resumiendo: esta práctica puede gustar o no, pero no nada es extraña en el mundo editorial.

El autor tiene en su currículum 6 librojuegos escritos anteriores al que comentamos

Como suelo hacer, lo primero que estudié fue la encuadernación. Fiel a la tendencia clásica, Timun Mas apostó por un formato de bolsillo y encuadernación rústica, muy práctico y transportable, que nos permite llevarnos el libro a cualquier parte. Para poder hacerlo más o menos estrecho, Timun Mas tuvo que reducir un poco el cuerpo de las fuentes tipográficas que, si bien se pueden leer sin problema, puede llegar a cansar al cabo de un tiempo. Por fortuna, su buena pericia hizo que esto se compense con dos aciertos: varios huecos en blanco y un papel de tono crema que ayuda mucho a la lectura evitando los incómodos brillos del papel demasiado níveo. Sin embargo, he de decir que el empleo de un papel de gramaje muy bajo, demasiado fino, ha generado un problema en el libro que comentaré más adelante.

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Esto «apesta» a problemas

Hubo algo que me chocó mucho al empezar el librojuego, y es que comienza sin más. Acostumbrado como estoy a introducciones, advertencias sobre qué es un librojuego, etc… esta forma tan poco ortodoxa de comenzar el libro me llevó a pensar que se orientaba a un público ya familiarizado con el género o, al menos, que supiese qué es un librojuego tal y como se indica en el lomo y contraportada. Porque efectivamente, en la contraportada se señala de forma muy significativa «… con un librojuego como los de antes». Implícitamente esto indica que aquellos que adquieran la presente obra saben qué es un librojuego y cómo eran antes, incluso que «antes» existieron. Por estos motivos supuse que el autor ya iba al grano y se dirigía a un público muy concreto.

Andrés Carrión optó por un sistema de secciones, que como sabemos es más evolucionado que los «Elige tu propia aventura» (ETPA) clásicos. No empleó ficha de personaje, normas especiales de juego, dados, características ni nada de las técnicas más sofisticadas de librojuegos. Tampoco escribió una introducción al mundo que nos encontraremos, cosa que eché un poco de menos por comparación a «Tramórea». Creo que es bueno «precocinar» un poco al lector antes de meterlo de lleno en la historia. Por ejemplo: en la sección 22 se habla de Málaga y yo (que no he leido la novela de Sisí) no entendía por qué aparecía esa localidad así de golpe, lo que me produjo sensación de incoherencia y me dejó algo desorientado. Con un breve resumen como el que leemos en la Wikipedia, hubiese sido suficiente para situarme desde el principio de la partida.

Sin embargo, el autor tiene aciertos muy buenos. Uno de ellos es que ya en la primera sección se nos invita a lanzar un dado para tomar una decisión. El acierto consiste en que nos permite la variante de usar una moneda, solución ingeniosa y mucho más practicable muchas veces que el uso de un dado. No se ve mucho el empleo de monedas como herramienta de apoyo al librojuego y personalmente creo que es sencillo, práctico y efectivo. Me gustó este detalle.

Otro acierto del autor es el lenguaje trepidante que emplea. Debemos hacer notar que las secciones que escribe son desiguales, pues su extensión varía demasiado de unas a otras, lo que hace confuso el ritmo general de la obra. Sin embargo, es cierto que sabe emplear frases breves, directas, y eso suple bastante la sensación de incoherencia en el ritmo. También se transmite una apariencia de que no se cuenta ninguna historia, pues cuando uno acaba el librojuego lo hace «jadeando» de agotamiento por el buen ritmo que tiene, pero aparenta ser una parte de un todo, como un capítulo de una novela, lo que deja la trama inconclusa. Eso sí, el hecho de situarse la trama en Málaga puede parecer un poco localista, pero personalmente me encanta que las cosas puedan ocurrir aquí al lado y no en Minnesota, que ni sé localizarla en el mapamundi. Escribir cosas buenas es algo que no se hace únicamente en EEUU.

El autor crea un sistema de finales muy original

La mejor aportación del autor es la de los finales. Me sorprendió gratamente ver una técnica que personalmente jamás había visto y creo que es ingeniosa y desorientadora en el mejor sentido. Efectivamente, en «Los caminantes» no hay un final cerrado nunca. Cuando perdemos la partida como humano, seguimos nuestra historia ¡como zombis! Eso nos permite jugar en los dos bandos enemistados, y ver los problemas de unos y de otros. Causa cierta desazón seguir jugando del lado de aquellos de los que huías un rato antes. Me pareció muy, muy buen recurso, y permite las suficientes variantes como para acabar infinidad de historias, como humano o como muerto zombificado. Hasta puede darse el caso de tener ¡3 finales sucesivos! Y es más: los finales últimos siempre se presentan como un «¿FIN?«, dejando la trama abierta para el lector.

El número de elecciones en cada sección es de dos opciones en el 90% de las veces y tienen el correcto detalle de ser señaladas con un dibujo pequeño de una garra que indica hacia ellas. Este tipo de ilustraciones incrustadas en los librojuegos les aportan una fuerza gráfica que les dota de mucho dinamismo, pues es la parte más lúdica y menos literaria de los mismos. No obstante hay secciones en las que dicha garra solo señala a una pregunta, siendo las opciones a elegir las que constan indicadas por la segunda y siguientes garras, lo que pienso que es una falta de optimización de medios. Por ejemplo:

a) Hay dos modos de ascender a la planta de la calle: por una rampa eléctrica (pasa al 10), o bien en ascensor (ve al 16)

b) ¿Cuál eliges?

Esto despista un poco. Visto así, sobra el b) pues no aporta gran cosa y se estructura como una elección sin serlo realmente.

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¿Quien dice que un zombi no puede ser sexy?

Ya para acabar con la parte más literaria y antes de entrar a hablar de las ilustraciones, debo felicitar al autor por sus alusiones a la cultura friki en general. Efectivamente, se ven referencias a Conrad, a «Soy Leyenda», a la película [·REC], Sun Tzu, Rambo, Tarantino… e incluso a los antiguos fusiles de asalto CETME, lo que me reafirma en pensar que el librojuego busca un público de cierta edad que quiera disfrutar, como señalé, «…con un librojuego como los de antes».

¡Ah, por cierto! La sección 77 remite a la 78, que es la sección a la que siempre llegamos cuando nos «zombifican». En librojuegos esta es la peor errata que se puede tener en maquetación y que debe evitarse a toda costa. Avisamos a los maquetadores para que en una futura edición puedan corregirlo.

En cuanto a las ilustraciones, ¡qué delicia! La portada, de Alejandro Colucci sigue un estilo realista propio de la fotografía, y es la que se usó en «Hades Nebula». Creo que es correcta y de calidad, muy trabajada.

Respecto a las interiores, en blanco y negro, no me cogieron de sorpresa. Están hechas por Daniel Expósito, cuyo arte ya conocía y cuya calidad es ampliamente reconocida. Ha hecho varias ilustraciones de zombis empleando una técnica que se basa en fotografías reales de modelos. Para mi gusto, consigue un realismo que aporta el punto de terror perfecto para este tipo de obras.  Es una lástima que las ilustraciones interiores en color hagan inviables los costes de edición, porque estoy seguro que sus láminas serían muy notables así impresas, ya que incluso en blanco y negro sorprenden. Aquí debo mencionar un punto sobre el gramaje del papel que comenté al principio. Efectivamente, al emplearse un papel tan fino no se leería bien el texto por la parte trasera de las ilustraciones, ya que estas necesitan varios tonos de tinta oscura. La solución por la que se optó da un resultado insatisfactorio, pues al pasar la página de la ilustración nos encontramos el lado izquierdo sin imprimir y con el texto en la página derecha, lo que causa una sensación de estar empezando un capítulo nuevo cuando no es así. Las ilustraciones ocupan una página entera y no se optó por otras menores de división de secciones, a título ornamental.

Y poco más que añadir. Felicitar a la editorial Timun Mas por hacer que los librojuegos sigan teniendo presencia en las librerías y por alimentar esta segunda edad de oro que estamos viviendo, a los ilustradores por su maravilloso trabajo y al autor por sus notables aciertos. Y por otra parte, sugerir ciertos «maquillajes» que ya he comentado más arriba para las futuras ediciones de este título, del que estoy seguro que mucha gente querrá leer.

Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Xula

    Gracias a vuestro comentario he llegado a esta entrada, del librojuego que casi tenia olvidado. Es cierto que nuestras valoraciones son bastantes distintas, supongo que debido al hecho de que yo me he centrado en la parte mas literaria y su relacion con la trilogia de Los caminantes (que os animo a leer sin duda, es muy buena y cogereis mucho mejor la ambientacion). En cuanto a las ilustraciones, meses despues de leerla tuve la suerte de ver los originales de Exposito en el Celsius232. Sin duda perdieron mucho en su edicion en blanco y negro, y a mi no me importaria pagar una edicion tres veces superior en precio solo por el lujo de disfrutarlas 🙂 Un saludo

    1. Jaco

      ¡Gracias por tu opinión, Xula! La Comunidad la hacemos entre todos y todos los puntos de vista nos interesan, y mucho. Efectivamente, Daniel Expósito es una persona encantadora y además un artista como la copa de un pino. Con Carlos Sisí compartimos compañerismo en la Asociación de Escritores de Terror (Nocte) y no nos cabe duda que es uno de los autores que más éxitos, merecidos, ha cosechado entre nosotros.
      Seguimos en contacto, ¡un saludo!

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