“Tramórea. La cacería secreta”

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TITULO: Tramórea (La cacería secreta)

COLECCIÓN: Elige tu propio destino

NÚMERO: no consta

AUTOR: Luis D’Estrées (basado en el universo de Javier Negrete)

ILUSTRADOR: Opalworks en la cubierta y Víctor Leza en el interior.

EDITORIAL: Timun Mas

AÑO: 2013

SECCIONES: 217 (170 páginas jugables)

Si hay algo en los que coincidimos todos los amantes del género del librojuego es en el papel tan representativo que siempre ha desarrollado Timun Mas en los mismos.

Como es harto sabido, Timun ha sido el responsable de la inmensa mayoría de los librojuegos editados en español hasta el día de hoy. Ellos fueron los primeros y de los más importantes en apostar por este tipo de literatura. Pero contrariamente a lo que piensan muchos, esta editorial sigue editando librojuegos.

Efectivamente, bajo la colección “Elige tu propio destino”, Timun lanzó el año pasado (2013) dos títulos, basados en las obras de “Los caminantes” de Sisí y en “Tramórea”, de Negrete, en un intento de aportar su granito de arena en esta segunda edad de oro que estamos viviendo los amantes del género.

Amablemente, la editorial nos remitió recientemente ambos títulos para que los reseñáramos y diésemos nuestra visión a los seguidores de la comunidad de Librojuegos.org.

En las diversas webs que aluden al tema, el resumen que suele presentarse es: “Eres alumno en Uhdanfiún, la academia de artes marciales más prestigiosa y antigua de Tramórea. Tercer hijo de una acomodada familia Ainari, estás predestinado a convertirte en un gran guerrero, pero tu verdadera pasión es la investigación. Formas parte de un grupo de alumnos de la escuela que va al este de Korvas para practicar habilidades de supervivencia. Pero cuando os disponéis a buscar alimento, os tienden una emboscada”.

Con esta premisa, comencemos.

Contrariamente a lo que muchos creen, Timun Mas dispone actualmente de una línea de librojuegos

Vaya por delante que desconozco el universo de Negrete y que me voy a limitar a valorar el librojuego como tal, que es el tema que solemos tratar en esta web. Así pues, los seguidores de esta saga están invitados a corregir mis incorrecciones o errores en lo que diré en adelante y, por supuesto, a dar su opinión sobre el mismo.

Lo primero que me sorprendió de este libro es el tema de la autoría. Efectivamente, en diversos foros y webs hubo mucha polémica al respecto, pues en portada aparece el nombre de Javier Negrete cuando el libro ha sido escrito por Luis D’Estrées. Aquí debo aclarar algo que sabemos los que estamos metidos en el mundo editorial. Efectivamente, es normal que por motivos comerciales o de márketing se ponga el punto de atención en lo que tiene más “tirón”. Por poneros un ejemplo, he visto antologías de varios autores cuya portada solo muestran, bien grande, el nombre del antologista, que suele ser el más conocido de todos ellos. O, si queréis un caso más sencillo, el libro “Sueñan los androides con ovejas eléctricas” se lo encuentra ahora uno editado bajo el título de “Blade Runner”. ¿Es correcto esto? No lo sé, pero sí puedo afirmar que no es extraño. Por lo tanto, aunque muchas voces se alcen en contra de esta práctica, debo señalar que los ejemplos en el mercado editorial son los suficientes como para considerar que este caso no es una excepción.

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Maravillosa ilustración que nos hará tragar saliva de lo que se nos echa encima

Dicho lo que antecede, paso a comentar un poco quién es el autor. Luis D’Estrées, según la Roleropedia, es uno de los primeros y más antiguos impulsores e introductores del juego de rol (y sus variantes) en España. Este autor francés ha organizado eventos y asociaciones para la defensa y publicidad de dichos entretenimientos.

Esta experiencia acumulada se nota en el librojuego que analizamos, pues contrariamente a “Los caminantes”, de la misma editorial, aquí disponemos de ciertos complementos, como son la ayuda de un mapa, de un glosario y de un dramatis personae. Esta señal es indicativa de que el autor goza de bagaje suficiente en el diseño de juegos para saber qué es lo que quiere elaborar exactamente, pues complementa el texto de la obra en sí con elementos lúdicos de apoyo que hacen el librojuego más complejo y variado. Pero vayamos poco a poco…

La obra está encuadernada en tapa blanda o bolsillo, tendencia clásica en este género y que le permite abaratar mucho los costes (su precio no llega a los 10 euros). Si bien soy reivindicador de dotar este tipo de literatura de tapas más rígidas y de incluir color en las ilustraciones (¡hay que ir con los tiempos!), no por ello puedo afirmar que la tapa blanda y el blanco y negro sean incorrectos, en absoluto. Por lo tanto, este aspecto puede considerarse como aprobado. A ello hay que añadir la comodidad de un formato de unos 19 cms de alto por 12 de ancho, práctico donde los haya y tan versátil como para poder usarlo en medios de transporte, en casa o en cualquier sitio prácticamente.

Una vez que abrimos el libro se nos señala inmediatamente que el librojuego está basado en el universo y personajes de  “La Espada de Fuego” de Negrete y a continuación se nos sorprende con un mapa. No es usual ver en los librojuegos un detalle así y ciertamente que es de agradecer. Es más: nos va dando una pista de que el librojuego es más evolucionado que las normas básicas de un ETPA (Elige tu propia aventura), pese a que no exista una ficha de personaje como ocurre en los de última generación. Este detalle ya implica cierta evolución en el sistema de juego y deleitará a muchos lectores de nivel medio o recién llegados al género.

Si continuamos leyendo, encontraremos un detalle que nos vuelve a indicar la profesionalidad del autor: nos explica en qué universo se basa el libro que tenemos entre manos, nos recomienda (no necesariamente) leer antes los libros de Negrete para empaparnos de su visión de las cosas, indica la necesidad de usar un dado (entendemos que de 6 caras) o una moneda para tomar decisiones y nos deleita con un glosario de términos e índice de personajes. Apabullante. Es innegable su formación “clásica” en este esquema introductorio, que no da nada por hecho y explica muy bien qué es lo que tenemos entre manos, fiel al estilo de los librojuegos de más renombre, los Fighting Fantasy.

La idea de la moneda me parece correcta, pues muchas veces puede ser una alternativa sencilla al dado, y me recuerda mucho a ciertos librojuegos de los 80-90. Sin embargo, después de la tendencia que se inició con “En la Feria Tenebrosa”, “En las garras de Bába-Yagá” y con “Infección”, yo hubiese recomendado incluir el dado con el librojuego para deleite del lector, que generalmente en estos casos suele ser especializado y coleccionista. Atrás ha quedado la época del boom del librojuego y ahora el público que lo lee exige complementos y perfeccionamiento en la calidad del mismo. Una forma sencilla de llegar a tales parámetros es adjuntar un dado con la compra del libro o permitir la descarga de la editorial de ciertos mapas o fichas de personajes. De esta forma, el lector dispone de todos los elementos necesarios para jugar sin tener que recurrir a recursos externos. Esto es: dar un pequeño giro de lo que es un libro puro a un producto mixto entre libro y juego.

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Otro ejemplo de la impresionante calidad que puede crear el ilustrador Víctor Leza

Por último, y ya antes de empezar la aventura, el autor nos advierte que en el juego podemos morir ¡la mayoría de las ocasiones! y nos invita a repetirlo múltiples veces, tantas como distintos caminos deseemos tomar. De nuevo, las advertencias clásicas que denotan experiencia en el mundo librojueguero y estimulan a jugar la historia. El autor también nos aclara que nos encontraremos finales pésimos, buenos y óptimos. Incluso habla de que el libro se dividirá en secciones y de que las decisiones a tomar pueden basarse en el azar y también en la observación o deducción de enigmas con tintes lógicos y matemáticos. Por lo tanto, estamos ante una obra que sigue el sistema ETPA pero evolucionado, lo que llamamos “de segunda generación”, aspecto que implica que el público al que se dirige el librojuego es, como mínimo, juvenil.

A fin de no extenderme, solo decir que antes de jugar estuve ojeando el Glosario y el índice de personajes y me parecieron correctos para ayudar al entendimiento del libro sin llegar a ser enciclopédicos. Es decir: lo justo para orientarse pero sin aburrir. Con todos estos antecedentes solo eché de menos una ficha de personaje para considerar que el librojuego tenía todos los elementos necesarios para la excelencia.

Tras la clásica introducción a la historia, en apenas media página ya tenemos el primer momento de acción. El estilo de redacción es correcto para un librojuego: dinámico, escueto y directo, con algunas palabras cultas que enriquecen el texto. Fomenta la agilidad, rasgo imprescindible para hacer divertida una obra de esta índole. En general, por tanto, ninguna sección se extiende más de media página.

Algo que he visto mejorable es lo referente al apartado de las decisiones. Los que me seguís sabéis que defiendo mucho que el librojuego sea un conglomerado de caminos y que repito hasta la saciedad que cuantas más elecciones podamos tomar, más divertido y misterioso será el libro. En este caso el autor nos presenta (si no me equivoco) 136 secciones que solo nos permiten una elección, 55 secciones que permiten 2 y solo una que permite 3 alternativas. Considero que, dada la evolución de los librojuegos, esto se queda algo escaso para todos los otros aciertos que tiene el libro, y que su estructura le hace acercarse más a lo literario que a lo lúdico. Quizá rebajar el número de secciones de una o dos “salidas” en favor de tres opciones daría más versatilidad al libro.

Disponemos, como ya adelantamos, de 25 finales. Unos buenos, otros horribles para nosotros (los jugadores) y alguno óptimo, que serían los deseables. El fin de la historia se señala siempre, no dándose por supuesto que acabamos muertos tal y como sucede en los librojuegos con puntos de vida en la ficha de personaje. Lo quizá me descuadró un poco que no se remarcasen tales fines en negrita, como se hace con las elecciones a pie de sección, sino que la palabra “FIN” se deja tal cual. Pero bueno, es una observación sin importancia.

Poco más queda por comentar. Aunque creo que es un buen acierto incluir un pequeño escudo dibujado delante de cada elección y aunque también creo que la maquetación de las secciones está bien hecha, noté en falta algún dibujo pequeño que separase las secciones de forma meramente ornamental, pues la tendencia en esta era audiovisual es a hacer la literatura más adornada que el mero texto. La mayoría de los librojuegos van tendiendo a esa línea por influencia de los videojuegos y ciertamente les dotan de más atractivo.

Lo que no puedo olvidar es una mención de las asombrosas láminas de Víctor Leza. Sus dibujos a lápiz son más que apropiados para la aventura y nos deleita con un tamaño que abarca toda la página. Su trazo es impecable y muy “rolero”, iluminando las escenas con ese punto sombrío que requiere toda historia que implique peligros. En este aspecto, creo que el acierto es pleno y que el estilo se encuadra a la perfección en el librojuego.

En fin. Acabar esta larga reseña mencionando que es muy loable la aportación que ciertos autores y editoriales como Timun Mas hacen para el resurgir de este género literario que es el librojuego y animaros a leer esta obra, disfrutando de sus aciertos y características. Y por otro lado, sugerir a los futuros autores la inclusión de elementos (como ficha de personaje, dados o múltiples elecciones) que hagan que el estilo del librojuego se encuadre más en el año 2014 que en el que triunfó en los 80-90, buscando de este modo una evolución natural al sistema que se reinvente a sí mismo.

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