“La sangre de los zombis”

“La sangre de los zombis”

TITULO: La sangre de los zombis
COLECCIÓN: Dark Game
NÚMERO: no consta
AUTOR: Ian Livingstone
ILUSTRADOR: Kevin Crossley y Greg Staples
EDITORIAL: Mundos Épicos
AÑO: 2013
PÁGINAS: 174 jugables (400 secciones)

Gracias a que al fin he tenido un hueco en mi agenda, he podido adquirir y reseñar el título editado por el sello Mundos Épicos del que tanto se ha hablado últimamente. Así que, fiel a mi estilo, diré qué considero acertado y qué considero mejorable de este librojuego que tanta repercusión mediática está teniendo.

Antes de meterme propiamente en harina, quería aprovechar y hacer una mención al loable esfuerzo que la editorial Mundos Épicos está haciendo por el género de los librojuegos por medio de su colección Dark Game. Como sabéis, en el momento de escribir esta reseña ya dispone de títulos como “La mansión infernal”, “La sangre de los zombis”, “Héroes del acero” y “Destiny Quest”. Además, ha lanzado “Un asesino en Orlandes” para iOS y Android. Actualmente, es una de las editoriales que más están apostando por este estilo literario que tanto nos gusta.

Empezaré por la encuadernación. En principio, la encuadernación sigue la tendencia clásica de los librojuegos: rústica (tapas blandas) de 21,6 x 15 cms, lo que vendría a ser un A5, aproximadamente. Tanto la portada como la contraportada son impresionantes, con una combinación muy acertada de colores y maquetación que recuerdan a la estética del mundo del cómic, aspecto que considero muy acertado en consideración al público al que se dirige. Sin embargo he observado una cosa muy extendida entre las editoriales y que aun no me explico por qué no se cambia: el papel es de un hiriente blanco. Me explico: cuando el papel que leemos se tinta ligeramente de crema u ocre, la lectura cansa menos al cabo de un rato, sin que lo notemos. Por el contrario,  las hojas muy blancas tienden a dañar un poco la vista, agotándola por el esfuerzo de regular el reflejo que producen. He visto hacer esto a la mayoría de las editoriales y creo que podría ser una buena idea tratar de cambiarlo, como observamos ya en muchos libros de estructura convencional. Por otra parte, he tenido la impresión de que la tipografía y el interlineado están un poco apretados, cosa que no ayuda tampoco a la lectura cómoda pero que sin embargo se compensa con párrafos bien definidos y números de sección grandes y suficientemente claros y separados unos de otros, acierto que no todas las editoriales de librojuegos suelen tener.

Las ilustraciones, tanto la de color en la portada como las interiores en blanco y negro son de lo mejor que he visto últimamente. Efectivamente, la elección de un trazo comiquero de tendencia realista encaja perfectamente con este juego, pues  entronca muy bien con la estética de los manuales de rol,  haciendo uniformes los universos en los que solemos movernos los que somos fan de este tipo de cosas. La fuerza visual del libro es imponente, un acierto de pleno en una era como la que vivimos: audiovisual. Es más: resulta un detalle de calidad ver cómo se introducen pequeñas ilustraciones para separar secciones, haciendo más agradable la visión del conjunto al suavizar el exceso de letra. O cómo se incluye el dibujo de una flecha cuando el lector debe tomar una decisión.

Las ilustraciones son de una excelente calidad.

El sistema de juego es el propio de Fighting Fantasy, cosa que no es de extrañar considerando que Ian Livingstone es el escritor que ha creado el juego. Como casi todos nuestros seguidores saben quién es ese autor, no me extenderé en este punto. En concreto, este libro se escribió para conmemorar el aniversario del primer librojuego de tal sistema (Fighting Fantasy) y aquí veo la primera curiosidad: el esquema de juego.

Efectivamente, Livingstone nos plantea un tema en boga como son los zombis (sabemos que hay más títulos en el mercado que tratan este argumento) pero con un estilo muy propio, pues la trama se desarrolla dentro de un castillo-fortaleza como podría ser aquella de Indiana Jones llena de gente malvada haciendo cosas aun peores. No voy a decir que la ambientación no encaje, pues sería mentir, pero sí que me resultó diferente a lo que me esperaba. Por un lado, es muy original hacer algo distinto a ciudad-llena-de-zombis. Pero por otro, el juego se cierra un poco en sí mismo, pues durante muchos pasajes parece una trama propia de dungeons: voy por un pasillo, abro puerta. Me desvío a otro, entro en una habitación. Debo reconocer que me desconcertó un poco este planteamiento. Ni para bien ni para mal: sencillamente no me lo esperaba. Cierto es que el propio Livingstone advierte en la introducción que tiene debilidad por estos decorados, y explica el por qué ha decidido hacerlo así.

Tras la clásica introducción que explica que tú eres el héroe (el día que nos falte esto en un librojuego, no vamos a saber qué hacer) de una aventura que guiarás con tus decisiones, se pasa a la explicación de las normas necesarias para jugar. En la web de Dark Game que señalé más arriba, se puede descargar un PDF con la hoja de aventura para que no emborronemos el librojuego con las sucesivas partidas. Deseo de corazón que esto se convierta en una tendencia entre todas las editoriales de librojuegos, pues me resulta muy sensato y cómodo. Las normas de combate son muy sencillas (quizá demasiado) pero prácticas y muy, muy dinámicas para llevar a cabo la partida, pues se estructura el ataque de los zombis por hordas, no individualizando las características de cada uno: son un enjambre de bichos apestosos que hay que liquidar, en resumidas cuentas. Todos tienen la misma fuerza y la misma resistencia.

El juego tiene varios finales. El más común y obvio es por extinción de los puntos de vida. Los hay súbitos por una mala combinación de suerte y momento de la partida y hay uno final no bueno, por no haber llegado al “objetivo” que se marca, avisándote, durante toda la partida, y que no voy a desvelar. Por supuesto, también tenemos un final óptimo, que es el que deseamos todos alcanzar.

El desarrollo del juego se divide en secciones y no en páginas, como ya es habitual en los librojuegos de última generación. Sin embargo, Livingstone nos hace una doble jugada en este aspecto. Por un lado, el juego es muy lineal y apenas nos da un par de elecciones por sección (generalmente obvias), no permitiéndonos una gran variedad de decisiones (recordad que personalmente me gusta mucho tener donde poder elegir). Eso hace que el autor nos vaya encaminando por donde él quiere. Por otro lado, la friolera de 400 secciones, la mayoría muy cortas y de lenguaje trepidante, nos da la sensación de que la partida es casi eterna, durando mucho y haciéndonos disfrutar un buen rato. La sensación es de jugar con mucho dinamismo, pero con un argumento simple que no construye grandes universos. Incluso, a veces, plantea escenas un poco absurdas en comparación a la historia que cuenta, pasando de lo perfectamente creíble a lo inconsistente. Eso sí: los amantes de los enfrentamientos van a tener muchos, pero muchos donde elegir. No aburre jamás.

 2014-02-06 13.21.09En cuanto a la dificultad del juego, en mis partidas me encontré que comenzaba siendo facilona y acababa convirtiéndose en imposible. Aunque por momentos me pareció que esto era muy desigual, lo cierto es que Livingstone crea un juego difícil de acabar, donde la prudencia se recompensa más que la intrepidez, pues lo parece un camino rodado termina lleno de espinas. En mi caso, no logré acabar vivo ninguna de mis partidas cosa que, por otra parte, te anima a volver a intentarlo. El nivel de esfuerzo va claramente in crescendo.

Para ya finalizar, haré mención a un par de curiosidades. Por un lado, me llamó la atención que en ciertos pasajes se hablase de un diccionario inglés-rumano (la trama se desarrolla en Rumanía). Personalmente (y esto es solo algo totalmente subjetivo) considero que hablar de un diccionario español-rumano haría que el lector se sintiese más involucrado. Creo que sería una adaptación de traducción justificable. Por otra parte, felicitar la excelente idea de dibujar dados en las esquinas inferiores de las hojas, sustituto del antiguo “abre una página al azar y mira qué número ha salido”. Esto nos ayuda mucho a poder jugar en cualquier sitio sin necesidad de tener un dado físico. Es un detalle que recomendaría, de nuevo, a toda editorial de librojuegos.

En cuentas resumidas, el librojuego me pareció de trama simple, de presentación cuidadísima, gran dinamismo y dificultad elevada. Pero claro, sois vosotros, los lectores, los que deberéis haceros vuestra propia opinión.

Espero vuestro feedback con impaciencia.

Esta entrada tiene un comentario

  1. profesorinternet

    Otra de las cosas que me chocó mucho fue que la moneda sean dólares y no euros, desarrollándose la historia como bien dices en Rumania, Europa.

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