Como dijimos en el anterior post, es increíble las cosas tan curiosas que te encuentras revolviendo en librerías de viejo.
Una colección de librojuegos que personalmente desconocía es la de la Editorial Susaeta que sigue un argumento detectivesco y que se titula como señalamos en el título de esta reseña.
TITULO: Varios
COLECCIÓN: Nancy Drew y los Hardy
NÚMERO: 1,2,3 y 6
AUTOR: Carolyn Keene y Franklin W. Dixon
ILUSTRADOR: Paul Frame
EDITORIAL: Susaeta Ediciones
AÑO: 1987
PÁGINAS: entre 117 y 121 jugables ESTADO DE CONSERVACIÓN: óptimos
Estos libros están argumentados con tramas detectivesca similares a la que podrían ser las historias de los Cinco o los Tres Investigadores de A. Hitchcock. Efectivamente, al inicio del librojuego se plantea un misterio que debe ser resuelto por los investigadores, optando tú (el lector) por tomar las decisiones según las pistas que vayan apareciendo e ir de esta manera orientando a los protagonistas hacia el resultado final.
Por lo general se puede decir que la trama, estructura y forma de escritura está dirigida a un público más juvenil que infantil, podríamos decir que adolescente, pues hay casos de robo de dinero, espionaje industrial, mafias, etc… problemas de adultos que quizá un niño no acabaría de comprender bien. El lenguaje es dinámico y resolutivo y el juego se divide en páginas y no secciones, estando escritas aproximadamente tres cuartas partes de la página, lo que hace que sea más corto de lo que aparenta.
En sí, los casos no son complicados de resolver, limitándose más bien a crear un clima de misterio e intriga que enganche al lector y le haga sentirse un detective en el mundo de los mayores. Las decisiones, al final de cada página, no suelen pasar de ser una o dos, lo que convierte este libro en un tema más literario que lúdico, pues la elección únicamente depende de la pista que decidas seguir, lo cual te irá llevando a investigar en un sitio u en otro. Por decirlo de un modo claro, el camino está muy dirigido de antemano por el autor.
Salpican al libro una serie de ilustraciones hechas a carboncillo que nos recuerdan mucho a los Cinco de Blyton y a la estética que pusieron de moda en su momento, detalle que resta originalidad al librojuego en cuanto a temática y personalidad.
El librojuego pierde en personalidad al tratar de imitar el estilo de los Cinco
Me soprendió ver que en unas 120 páginas de media hay hasta ¡17 finales!, todos buenos, de resolución del caso. A estos fines se llega según el rastro o pistas que vayas siguiendo y las visicitudes que te vayas encontrando por el camino, pero siempre, siempre, logras resolver el misterio y atrapar al malvado delincuente. Cierto es que por un lado se agradece tener distintos finales según el camino que cada uno ha recorrido, pero por otro, la ausencia de finales malos resta sensación de riesgo (y por tanto, emoción) a lo que sería un detective real, que es lo que espera sentirse todo buen lector que se precie en este género.
En resumidas cuentas, puedo decir que es un librojuego vulgaris que tiene como acierto crear un clima de investigación para adolescentes y una serie de finales personalizados, pero que centra su fuerza más en la literatura que en el aspecto lúdico, pues su jugabilidad es más bien “orientada” que libre para el lector. Mi nota es de un aprobado raspado, pues personalmente no me dejaría más huella que la que puede dejar sentirse un detective adolescente más astuto que los adultos.