“The Lost Legion” es el segundo volumen de la serie “Dangerous Worlds Gamebooks“, de Marc J. Wilson. En ella, daremos ordenes a un grupo de soldados en una tierra desconocida y hostil, tras los pasos de la misteriosa 17a legión, una expedición anterior que viajó a aquel mismo lugar en el pasado en busca de riquezas.

Como se recordará, hace unos seis meses en este mismo blog hice la crítica del primer volumen de la serie, “Restless Heart of Evil“. La historia se centrada en la populosa ciudad de Deva y sus alrededores. Me sorprendió, no sólo por lo bien desarrollado del transfondo de la historia – esa ciudad de Deva llena de matices y de secretos – sino por el magnífico estilo literario del autor, muy por encima de lo que suele ser habitual en los escritores de librojuegos. Si a eso le sumamos una trama atrayente y llena de giros inesperados, se entenderá por qué aún hoy, “Restless Heart of Evil” es uno de los librojuegos que más he disfrutado de los que he leído en los últimos tiempos. Es por ello que cuando Marc Wilson contactó conmigo para enviarme “The Lost Legion”, mis expectativas no podían ser mayores.

Como resumía al principio, la historia nos situa en una tierra virgen e inexplorada, al mando de poco más de un centenar de soldados, prácticamente criminales en su ciudad de origen, expuestos a las enfermedades y a los peligros de la jungla, con el fin de encontrar el rastro de una misión anterior, la de la 17a legión, de la que sólo regresó un superviviente a la ciudad de Deva. Ese superviviente, un mezquino y sádico pigmeo llamado Butu, será vuestro guía en esta tierra salvaje e inhóspita. De las decisiones que tomemos dependerán nuestra supervivencia y la de nuestros hombres.

Como historia, es muy diferente a “Restless Heart of Evil” en muchos sentidos. Desde el escenario, una tierra hostil llena de peligros y enfermedades, apenas habitada, en contraste con el escenario urbano y coral de la primera parte, hasta el tipo de protagonista que manejamos. Durante una gran parte de la historia actuaremos como un colectivo, nuestros hombres, del que habrá que cuidar su supervivencia y su motivación para llegar a buen puerto, y en otras ocasiones actuaremos a nivel individual, cuando nos veamos separados de nuestros soldados. De hecho, muchas zonas de la historia pueden ser experimentadas de ambos modos.

El tratamiento de la historia de esta expedición es diferente también al usual en este tipo de relatos. Si tomamos el ejemplo de “Temple of the Spider God“, de Tin Man Games, con una historia similar, notaremos cómo en “The Lost Legion“, la naturaleza y sus peligros se nos presentan con tintes mucho más sombríos, realistas y hostiles, no tan cercanos al mero relato de aventuras del librojuego de Jonathan Green. Aquí nos enfrentaremos a verdaderos dilemas morales, trataremos con personajes amorales, como el guía Butu o el oficial Lodeiro, e incluso muchas de nuestras opciones reflejarám la dureza de una época distinta a la nuestra; como el hecho de poder seleccionar esclavos como parte de la carga de nuestro barco. Me sorprendió por ejemplo que cierto objeto que da acceso a algunos de los encuentros más interesantes del juego, sólo se puede conseguir tras tomar una decisión horrible; regalar unos esclavos a una tribu, condenándoles a una muerte cierta.

Es, por tanto, un reflejo más cercano de cómo debieron ser las expediciones reales de Hernán Cortés durante el siglo XVI que la idea romántica de las mismas que nos ha llegado a través de las novelas de aventuras.

El mundo que exploramos es, sin embargo, fascinante. Lleno de culturas extrañas y de antiguas ruinas, pero conservando siempre una lógica interna, que nos va dando pistas para entender el final de la historia. No me suele pasar que un librojuego me impulse a rejugarlo, a intentar desentrañar todos sus secretos, pero con este ha sido así; recomiendo leerlo múltiples veces, buscar diferentes caminos. La cantidad de historias distintas posibles que “The Lost Legions” nos puede contar es apabullante. Aún después de un buen número lecturas, creyendo que ya había visto todo, y tras hablar con el autor, descubrí que había toda una nueva serie de zonas que me quedaban por explorar.

He mencionado el final de la historia. Si había algo en “Restless Heart of Evil” que en su momento me desmereció el conjunto fue el final. Aquí es justamente al contrario. La reflexión que hace el autor en el último tramo de este libro es la que da sentido a toda la historia en su conjunto. Para mí, la convierte en uno de esos pocos librojuegos, como Heart of Ice de Dave Morris, que no sólo quiere “entretenernos” y “hacernos pasar un buen rato”, sino que apunta a otro tipo de reflexiones de tipo más profundo, casi filosófico. Ese “otro mundo” que se revela al final, que es al mismo tiempo una bendición y un peligro, apunta al “paraíso deseado” que está en el centro de todas las religiones e ideologías, y refleja una visión del autor que es también un reflejo de nuestro tiempo, lleno de contradicciones y de injusticias, pero deseoso de transformarse en un mundo mejor.

No puedo añadir mucho más que recomendar este “The Lost Legion” como lo que es; uno de los mejores librojuegos de los últimos tiempos, una obra que apunta a otro lector más maduro y más crítico, que no sólo desea entretenerse, sino ir un poco más allá.

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