Era digital: el nuevo reto de los librojuegos. Teoría del librojuego.

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Con el lanzamiento de “El bosque tenebroso” y “Un asesino en Orlandes”, la comunidad amante de los librojuegos en español ha visto cómo comienzan a comercializarse librojuegos en formato digital, algo que ya se hacía desde hace tiempo en el mundo anglosajón.

tmgEfectivamente, empresas como Inkle, Tin Man Games, AppEndix, Visual Baker, Delight Games y otras anglosajonas ya hace tiempo que publican librojuegos de ficción interactiva en soporte digital, con mayor o menor desarrollo e integración de elementos audiovisuales o interactivos. Recientemente, Dark Game ha apostado fuerte por esta opción y comienzan a seguir tal tendencia otras empresas españolas, como Cubus Games o ITE Editorial, por poner un par de ejemplos.

Esto plantea una reflexión que me gustaría hacer aquí. ¿Aporta algo al librojuego esta nueva forma de mostarlo? Y ¿qué lo diferencia de un videojuego?

Vaya por delante que, como decía antes la Iglesia Católica, “hay que estar con los tiempos”. El papel es una buena opción, pero también lo es el formato digital. Viendo las aplicaciones que se comercializan lo cierto es que es un gusto encontrarse con librojuegos que tienen imágenes en color, efectos sonoros y que calculan automáticamente los cambios en nuestra ficha de personaje o que incluyen unos bonitos dados girando en pantalla para las tiradas de azar. Muchos incluyen música ambiental y links a webs, etc. Permiten retomar la partida donde se dejó y aportan un sinfín de elementos tomados de los videojuegos que se han adaptado a los dispositivos de mano. Teniendo esto en cosideración y dado el bajo precio de tales aplicaciones pues sí, podemos afirmar que esta nueva forma de presentar los librojuegos aporta mucho al género y permite una serie de cálculos y opciones (gracias a sus motores internos) no tan sencillas de conseguir en papel.

cubus

Sin embargo, hay un peligro importante en el que pueden caer estos programadores: la confusión con el videojuego.

Como suelo decir en los Institutos en los que doy conferencias, el juego en sí tiene muchas formas de expresión. De la misma manera que una adivinanza es un juego oral o un videojuego es un juego audiovisual, el librojuego es un juego literaturizado. Contrariamente a lo que se ha dicho muchas veces, en el librojuego no prima el uso de la segunda persona o la necesidad de tomar opciones, por muy importantes que sean ambas características. Estos mismos matices se pueden encontrar en los videojuegos de aventura gráfica o shoot them all, en donde solo se observan nuestras manos (las del jugador) y tenemos que encontrar pistas, llaves de acceso, munición, botiquines que reponen nuestras vidas… Son elementos (segunda persona y toma de elecciones) muy propios de la ficción interactiva pero no solo de ella. Sin embargo, la predominancia del texto sobre los elementos audiovisuales sí que puede considerarse la primera y principal característica del librojuego.

marca2Recordemos que los librojuegos comenzaron a tener a sus “abuelos” en las estructuras literarias de vanguardia que propusieron autores como Borges o Cortázar, que buscaban romper la estructura clásica de la novela y cuento. Esto es: la lineal. Un poco más tarde, módulos de juegos de rol se adaptaron para jugarse utilizando el texto como master y creando propiamente los primeros proto-librojuegos. Después, la serie de “Elige tu propia aventura” dio el chispazo de salida hasta lo que hoy conocemos, pasando por diversos títulos y colecciones de diferentes autores que no viene al caso mencionar ahora. El nexo de unión que encontramos en todo este desarrollo no es la temática juvenil (hay librojuegos para adultos, eróticos por ejemplo) ni la fantástica (he jugado algunos policíacos, por poner un caso). Ni siquiera es el uso de la segunda persona (la primera también se usa en librojuegos) ni la “estructura rota” de toma de decisiones (también lo hacen los videojuegos y otras formas lúdicas). Lo que sin duda ha hecho que el librojuego tenga una entidad propia y haya comenzado a considerarse un género de per se es la importancia de la expresión escrita que lleva implícito. Dicho en otras palabras: un librojuego en el que el aspecto literario no sea significativo, dejará de ser un librojuego.

Viene esto a colación de una cosa. Observando la evolución del género, creo mi deber moral advertir a las empresas de desarrollo de aplicaciones digitales del peligro que corren en convertirse en empresas de videojuegos y no de librojuegos. Veo claramente que si priman su atención al aspecto audiovisual, desatendiendo el literario, se convertirán en videojuegos puros. No entro a valorar qué vende más o menos ni cómo recibiría el mercado una u otra opción, ojo. Me limito a señalar lo que debería ser la “marca” propia del librojuego. El librojuego no es el hijo bastardo del juego de rol ni del videojuego, sino que es algo con personalidad, pautas, estilos y sistemas propios, y si se quiere  hacer realmente un librojuego (en papel o en byte), deberá respetar estas características genéricas que lo definen. Para hacer esto realidad, viable, los desarrolladores de tales aplicaciones tendrían que primar el aspecto literario de tales programas, pues en caso contrario no se diferenciarían mucho de las viejas “aventuras gráficas”. Como sabemos, si bien los antiguos librojuegos restringieron su estructura de páginas a su estructura por secciones, pronto vieron que la evolución natural  les obligaba a cuidar más la redacción, pues el juego se hacía más dinámico, sí, pero más pobre. Eso hizo que los autores tuvieran que esmerarse en poder describir situaciones, trama y narración con pocas palabras, pero claras y precisas. En caso contrario se convertirían en un mero “manual de instrucciones” de qué hay que hacer en cada caso que se planteaba. Con la llegada de los videojuegos, los librojuegos cayeron en picado (menos en el mundo anglosajón) precisamente por este motivo, a pesar de los intentos de “iluminarlos” con ilustraciones y cuidada maquetación.

Seguir argumentando sería marear la perdiz. Con este articulito solo pretendo concienciar a todas estas empresas de desarrollo de juegos, editoriales en papel y lectores librojuegueros de que no olviden qué es lo que da magia a esta forma de literatura. Si no tenemos muy presente esta característica en todo momento, el librojuego verá evaporarse de nuevo esta Segunda Edad de Oro que está viviendo porque es juego sí, pero también  literatura. Es literatura lúdica, interactiva.

La lectura final de esto es sencilla: prestando atención a la calidad literaria, los librojuegos seguirán siendo un género propio con un prometedor futuro y un merecido sitio dentro del mundo lúdico y literario. En caso contrario, su recuerdo podría ser, en pocos años, humo en el tiempo.

¿Cómo lo veis vosotros?

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